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"El don de Alba" y la desvergüenza

Lo único que se salva de El don de Alba es la hermosísima Patricia Montero. El resto es mera copia de otra serie americana, Entre fantasmas, con unos cuantos litros más de sensiblería pegajosa. Pero el problema no es la serie. De hecho, me gustan las películas tipo El sexto sentido o Los otros. Y hasta The walking dead. Me gusta el cine de terror. (Si bien El don de Alba entra más bien en el género de la comedia).

El problema es el debate que Tele 5 montó antes y después. Reunió a una buena colección de magufos (entre ellos dos de los reyes del periodismo basura esotérico, Iker Jiménez y Enrique de Vicente) y trató de colar la idea de que los fantasmas existen y son más cotidianos que las ruedas de prensa de Mariano Rajoy (bueno, esto no es difícil). Se contaron todo tipo de historias macabras de a peseta el kilo, se insultó a la inteligencia del ser humano (aunque me imaginé a la horda de ingenuos que lo estarían viendo temblando de miedo y credulidad) y, en definitiva, volvió a ensuciarse la televisión con la patraña, la superchería y la estupidez. Ana Rosa Quintana hizo el más espantoso de los ridículos comandando esa barraca de feria y haciendo preguntas tipo: "Esos fantasmas, ¿saben que están muertos?", a lo que la médium-estafadora (valga la redundancia) de turno (que se trata con espíritus todos los días) respondió: "Unos sí y otros no". A partir de ahí hasta mis ganas de echarme unas risas se disiparon y apagué la tele.

Los fantasmas tienen los mismos visos de realidad que los ovnis o el chupacabras; jode decir obviedades. No son creencias muy distintas de aquellas de otros tiempos sobre brujas voladoras, hadas y gnomos. Sólo que ahora se supone que tenemos cultura y educación para discernir. Es mucho suponer. Ahora bien, no me asombra que la gente se trague hasta reventar cualquier memez. Lo veo a diario. Pero me indigna que grandes medios de comunicación jueguen a eso sin ningún escrúpulo, engañando al personal para llenarse los bolsillos. Es muy propio de Tele 5, que jamás ha dejado de hozar en cualquier pocilga que haya tenido a mano. ¿Que todas estas supersticiones son inocentes, puro entretenimiento? Vayan a decírselo a los que se arruinan yendo a que les lean el tarot, los que se dejan atrapar por sectas espiritistas o ufológicas o a los que arriesgan su salud con terapias alternativas y falsas. Porque todo es el mismo tingladillo.

Otra contribución, en fin, al emburrecimiento general, un episodio más de la televisión nefasta que padecemos.

pedrete
pedrete dice:
10/04/2013 02:02

Yo soy incrédulo respecto a fantasmas y esoterismos varios. Sin embargo, a veces se cuentan cosas curiosas.

En las "Memorias de un editor", de José Ruiz-Castillo (la editorial a la que se refieren es Biblioteca Nueva), cuenta el autor (sin pronunciarse al respecto, simplemente lo cuenta) la historia de un grupo de amigos jóvenes, él entre ellos, que, siguiendo una moda de entonces, últimos años 20 o primeros 30, hicieron una sesión de espiritismo, en la que se preguntó a la médium (una chica del propio grupo, a la que alguien con alguna experiencia anterior había señalado como posiblemente dotada de cualidades de lo que llamaban "médium escriba") sobre la autoría de un crimen muy famoso entonces, y no resuelto. Ella tenía que escribir, apagadas las luces, lo primero que se le ocurriera. Lo que escribió fue "Teruel". Dado que se buscaba referencia de una persona y no de un sitio, consideraron el asunto un fracaso y lo dieron por terminado allí mismo. Unos días más tarde se detuvo a una persona, de apellido Teruel, que resultó ser la clave para la resolución del asunto.

La otra historia que quiero contar tiene un toque más siniestro. Se cuenta en "Toda la belleza del mundo", el libro de memorias del premio Nobel checo Jaroslav Seifert. Vivía él,joven y recién casado, en un pequeño apartamento de los que por lo visto se habían construido en el espacio interior de diversas viviendas palaciegas en la parte antigua de Praga, conservando las fachadas. O sea, que se precisaban para entrar dos llaves, la de la calle y la del apartamento. Él llegaba con cierta frecuencia de madrugada, y no raras veces se olvidaba las llaves, por lo que había de llamar y obligar a levantarse a las ocupantes del apartamento más cercano al portal, dos hermanas ancianas que vivían solas. La que le abría, muy lógicamente, le daba la bronca por haberla hecho levantarse. Pero en cierta ocasión le abrió una de ellas, y no le dijo ni una sola palabra. Él lo comentó, extrañado, con su mujer, quien, mirándole espantada, le dijo que había muerto ese mismo día; creo que el cuerpo estaba todavía en el apartamento. ¿Imaginación? ¿Invención? Quién sabe. Las historias están en los libros que he citado, donde cualquiera puede leerlas.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
10/04/2013 03:02

Amigo Pedrete: Respecto al primer caso, hay doscientas mil explicaciones más lógicas y sensatas, empezando por la posibilidad (altamente probable) de que todo sea un embuste, una exageración, una fabricación, una habladuría... Habría que ver las fuentes y de dónde salió la historia. Normalmente, de un amigo de otro amigo que lo vio directamente, etc. En suma: una ful. Desde luego, cualquier explicación, sea la que sea, será más aceptable que la intervención de un fantasma.
En cuanto al segundo caso, ahí has tocado mi fibra sensible, porque Seifert es uno de mis poetas favoritos, "Toda la belleza del mundo" uno de mis libros favoritos y esa en concreto una de las historias del volumen que más me gustó, "La llave en el montón de nieve". Es evidente que se trata de una ficción. Es lo mismo que las maravillosas historias fantasmales (totalmente verídicas, claro) que nuestro común amigo Xuan Bello cuenta en sus libros. La maestría de Seifert es contarla como algo que sucedió realmente, con todo tipo de detalles, demorando hasta el final la aparición del aspecto extraordinario (aunque antes alude a otros fantasmas).
Tú mismo lo dices al final de tu comentario: imaginación, invención. Que una historia esté en un libro, sea "Memorias de un editor" o "Toda la belleza del mundo" no significa que sea verdad.
Interpreto tu comentario como una aproximación irónica y cómplice al tema del que trataba mi post, porque me sorprendería desagradablemente que una persona de tu cultura e inteligencia creyera realmente en estas cosas, aunque fuera después de decir "yo soy incrédulo". Ese "no creo pero haberlas haylas" o "quién sabe" casi hace más daño a la causa de erradicar la superchería que el "yo creo".
Un abrazo.

pedrete
pedrete dice:
10/04/2013 14:11

Mi respuesta es efectivamente "no lo sé". Que casi todo es fraude, es algo de lo que no tengo ninguna duda. Pero subrayo el "casi". Goethe, por ejemplo, habla repetidamente de los presentimientos que le asaltaron durante casi toda su vida; recuerdo, por ejemplo, el del terremoto de Messina, del que me parece que habla en "Poesía y Verdad", y de cómo respetaba lo que le parecía estar más allá de su propio entendimiento (que no era precisamente pequeño, ni inclinado a la superstición). Ésa me parece a mí una actitud bastante razonable: la de no decir que creo lo que no creo, pero tampoco que sé lo que realmente no sé. En la práctica, eso supone dejar una puerta abierta al misterio (aunque entornada y poco practicable), a lo que uno no comprende o no acaba de comprender; no dimitiendo del ejercicio de la inteligencia crítica (que basta para descartar todas esas historias tipo "Tele 5", por las que no siento ningún respeto), sino aceptando con humildad que ella, ejercida en toda su implacable plenitud, sin embargo no puede explicarlo todo. Ésa postura, la de un escepticismo real, pero templado y no agresivo, ha sido la de mucha gente valiosa, y es también la mía, que desde luego no pretendo imponer a nadie. Digo más: entre el escepticismo y la credulidad, desde luego me quedo con el primero.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
10/04/2013 16:21

Naturalmente que hay muchas cosas que no sabemos, y por tanto son, stricto sensu, misterios. Pero no misterios tal como usan la palabra los magufos sino más bien en el sentido de incógnitas, desafíos. Por poner algún ejemplo, casi todo lo que se refiere a los cuepos celestes sigue siendo, en gran parte, una incógnita y un desafío.
Ahora bien, los fantasmas y los espíritus no entran en esa categoría. Sobre eso ya podemos sentenciar armados de la razón y el conocimiento. Y no veo razonable dejar en ellos la puerta entornada. Eso sólo sirve para hacerle el caldo gordo a la industria del misterio de pacotilla.
Y en cuanto a los presentimientos de Goethe, él no podía saber que un par de siglos más tarde se estudiarían los mecanismos por los que se producen eso que llamamos intuiciones, presentimientos, sensaciones de haber vivido algo antes, etc. Tienen una explicación psicológica y ya no constituyen misterios y maravillas, como lo eran en su época.
Creo que el momento de un escepticismo humilde o templado ya pasó. Es el momento de un escepticismo agresivo (entendiendo por tal arrojar continuos mentís a toda manifestación de superchería, siempre en el terreno de la palabra, por supuesto). Los ovnis, los espíritus, las terapias alternativas, etc. ya han causado suficientes muertos y sufrimiento. Lo mismo se puede decir de la religión, aunque este es otro tema.

pedrete
pedrete dice:
11/04/2013 00:07

Yo no estoy muy de acuerdo. Me parece perfectamente posible que, igual que ciertas cosas inexplicables hace dos siglos pueden tener ahora una explicación conocida, ocurra lo mismo dentro de otros dos respecto a cosas que ahora siguen sin tenerla. Por tanto, negar sin más su posibilidad me parece una postura excesivamente "agresiva", para emplear tus propios términos.

El asunto de la religión daría para una discusión interminable. Yo soy agnóstico; pero respeto a quienes tienen fe, y no creo a Dante, San Juan de la Cruz, Hopkins o Bach ignorantes, alucinados o tontos. El mismo Borges, de quien hablabas con (justificada) admiración hace bien poco, dice en esta entrevista que uno de los cinco libros que se llevaría a una isla desierta es la Biblia.

También podría decirse que el comunismo "ya ha causado suficientes muertos y sufrimiento", pero, como lo que tú mismo dices, sería falso: no es el comunismo, ni la religión, quien los ha causado, sino las atrocidades cometidas empleándolos como coartada. Pero ha habido, y hay, muchísimas excelentes personas de ideología comunista que jamás han intentado hacer sufrir a nadie en nombre de sus ideas (todo lo contrario), como hay muchísimos creyentes, excelentes personas también, que están en el mismo caso. No generalicemos ni confundamos. Ni en uno ni en otro caso la culpa es de la ideología o de la creencia, sino de quien (a veces atrozmente) abusa de ellas. Ni Stalin descalifica al comunismo, ni la Inquisición al cristianismo. Tan cristiano era, digamos, Ignacio Ellacuría como Torquemada.

http://www.ddooss.org/articulos/entrevistas/J_Luis_Borges.htm

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
11/04/2013 01:33

Respecto al primer párrafo creo que estamos de acuerdo y hay algún malentendido. Efectivamente, cosas que hace dos siglos eran inexplicables ahora son explicadas. Y cosas que hoy son inexplicables serán explicadas el día de mañana. Con esa previsión, a las cosas que ahora desconocemos (pero intuimos que lograremos explicar) debemos llamarles retos, desafíos, incógnitas... pero no misterios. Al menos no misterios en el sentido que le dan los magufos.
Y, desde luego, ni los ovnis ni los fantasmas ni la homeopatía ni la astrología (no confundir con astronomía) entran dentro de esas categorías, porque las "disciplinas" mencionadas ya han sido examinadas a la luz de la razón y deshechadas como fraudes.
Preferiría no entrar en el tema de la religión pero no sé si sabré resistirme. Dante y San Juan y Bach no eran ignorantes. Les ocurría lo que a Goethe con las premoniciones: falta de información suficiente. Principalmente porque en sus tiempos cualquier intento de racionalizar la religión conllevaba un peligro bastante serio (tipo arder en la hoguera) y tampoco había un fructífero debate (en realidad no había ningún debate, fructífero o no) acerca del tema, fuera de los propios sofismas religiosos.
OK, tú dices que San Juan creía en Jesús y no era tonto. Pero Basho nunca creyó en Jesús y tampoco era tonto.
NOsotros, a diferencia de todos ellos, tenemos más elementos a tener en cuenta, más conocimientos y un avance espectacular de la ciencia. Y, principalmente, la posibilidad de debatir y confrontar ideas. ¿Te imaginas una reunión de intelectuales que en la EDad Media intentará debatir si Dios existe? No te asombre que esos grandes hombres fueran creyentes. Seguro que lo eran de corazón pero, en todo caso, no les quedaba más remedio ni se lo planteaban. Era el espíritu de la época, secuestrado por el pensamiento y la losa cristianas.
Tu comparación entre el cristianismo y el comunismo me deja pensativo. Ambos han causado sufrimiento y dolor. Pero tú admites que han sido ciertas formas de aplicar el cristianismo y el comunismo las que lo han causado, y no la propia esencia de ambos sistemas. Interesante.
La diferencia es que el cristianismo lleva 2.000 años causando ese sufrimiento, y la institución que lo ha causado sigue aferrada a los mismos y exactos dogmas que dieron origen a eso, sólo que despojada del poder de ejercer violencia directa sobre la gente.
En cuanto al comunismo, es una historia de 100 años. Ciertamente, se ha dado prisa en competir en cuanto a sufrimiento causado, porque sin duda es la gran lacra del siglo XX, por delante del nazismo. Pero ni está vigente (salvo, creo, en dos infiernos concretos) ni ha agotado sus formas de ser aplicado de otra forma. Me apresuro a decir que no tengo mucha confianza en eso y que no creo en la base esencial de lo que podríamos llamar comunismo. El comunismo es un sistema que se ensayó fallidamente y que es muy difícil que pueda hoy en día aportar soluciones. Al menos no las que aportó hasta ahora, espero.
Pero el cristianismo está ensayado y más que ensayado. Y no funciona. Pero aún así está ahí, y no sólo está ahí como institución sino que impregna todos los niveles de nuestras sociedades occidentales. Por cierto, igual que el resto de religiones.
Y paro, porque me lanzo.

pedrete
pedrete dice:
11/04/2013 02:24

Bien; evitemos lanzamientos. Yo veo en lo que dices un problema: pareces empeñado en sostener que los culpables de las atrocidades de Stalin o de la Inquisición son, respectivamente, "el comunismo" y "el cristianismo", que parecerían conducir inevitablemente a dichas atrocidades. Luego hay que concluir, diría yo, que quienes, desde una u otra postura, jamás pretendieron ejercer violencia sobre nadie, ni apoyaron que se hiciera (ya he puesto unos cuantos ejemplos cristianos; podría poner con facilidad otros tantos comunistas) no eran, por más convencidos que personalmente estuviesen de lo contrario, ni comunistas ni cristianos, ya que su actitud y conducta personales contradirían esencialmente esas ideologías. No estoy de acuerdo. No es de la esencia de una ni de otra idea la violencia; y los mejores comunistas, o cristianos, no eran (o son) personalmente violentos. Identificar una u otra con la violencia es falsear la realidad, a mi manera de ver. Si yo creyera que es esencial a una u otra lo violento, no sólo no las compartiría: tampoco las respetaría, como no respeto el nazismo, que sí me parece esencialmente identificado con la violencia.

Lo que dices de que Bashí´ no era tonto es cosa que yo no discuto. Tendría sentido alegarlo si yo hubiese pretendido, no sólo que el cristianismo no es incompatible con la inteligencia, sino que cualquier otra fe distinta, o la falta de fe, sí lo son. No; se puede ser inmensamente inteligente siendo católico, protestante, judío, musulmán, budista..., o careciendo de cualquier fe religiosa. Y de todos esos supuestos abundan los ejemplos.

Y, por fin, respecto al asunto del "misterio", tú pareces creer que de todo puede dar cuenta la ciencia, o simplemente la lógica; que es, en todo caso, sólo cuestión de tiempo. Yo no estoy de acuerdo. La ciencia, o la lógica, son un modo de conocimiento del mundo, distinto pero no excluyente del que propone por ejemplo el arte. No todo lo artístico es reductible a ciencia o a lógica. Yo creo que, cuando Hamlet dice a Horacio que "hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que sospecha tu filosofía", está diciendo algo esencialmente verdadero. Cosa distinta es la superstición; curiosamente, la 2ª acepción de esa palabra en el DRAE dice, a la letra: "Fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo. Superstición de la ciencia". Sea el que sea el modo de conocimiento, la adhesión personal que le prestemos tanto puede ser justa y equilibrada como ser "desmedida" o "excesiva". Y también en la ciencia o en la lógica más ortodoxas puede haber (y hay, de hecho) esa desmesura y ese exceso. Yo no soy supersticioso; y, por eso, tampoco lo soy de la ciencia o de la lógica. Hay, efectivamente, más cosas, a mi entender.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
12/04/2013 00:13

No, amigo Pedrete, jamás pretendí incluir en la cuenta a tantas personas que desde el cristianismo, desde el comunismo o desde otras posiciones intentaron hacer el bien y buscaron objetivos sanos y productivos. Mi diatriba iba contra el sistema y contra sus dirigentes, dos cabezas que casi siempre han sido la misma. Ya sé a dónde quieres ir: a defender lo bueno que ha aportado el cristianismo y a subrayar que el comunismo podría aplicarse de una manera más justa. Que ambos han sido mal aplicados pero que su base era o es legítima. Bueno, sobre esto habría mucho que hablar y no era el tema del post. Aunque pudiéramos estar de acuerdo.
Respecto a ciencia y misterios, no pretendo entronizar a la ciencia como la nueva deidad de un mundo sin dioses. De hecho, ni siquiera tengo una formación científica, aunque aprenda por mi cuenta. Yo también creo que "there are more things" pero en el ámbito de la literatura, del arte, de la creación. Cualquier penetración de esas cosas en la vida práctica, y la forma que suelen adoptar, me parece dañina y perjudicial. Just that.

pedrete
pedrete dice:
12/04/2013 02:33

Bueno,veo que en el fondo estamos casi de acuerdo. Es más, pienso que, si tuviéramos sobre el tema una conversación distendida, seguramente nos entenderíamos sin problema. Pero éste no es el lugar; dejémoslo aquí. Gracias por la detallada atención, y por las muy interesantes ideas aportadas.

Blanca Andreu
Blanca Andreu dice:
02/05/2013 03:05

"Hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, que las que sospecha tu filosofía" ( Hamlet, William Shakespeare )

"Decía que aquellos que piensan que todo es de la razón y juicio humano son los más locos de todos, pues están posesos e imbuídos de divinidad" ( Jenofonte, "Recuerdos de Sócrates )

Aunque, como diría Einstein, "es más fácil destruir un átomo que un prejuicio"

Y también dijo:

"Ante Dios somos todos igualmente sabios, igualmente tontos." "Lo más hermoso que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de todo arte verdadero y la ciencia."

Blanca Andreu
Blanca Andreu dice:
02/05/2013 22:00

O como decía Federico: "Sólo el misterio nos hace vivir, sólo el misterio".

Por supuesto, no me refiero a esas cosas tétricas de fantasmas y aparecidos, la mujer de la curva y demas, aunque opino que fantasmas hay muchísimos. Están por doquier: con echar un vistazo a la gente que sale por televisión, en especial políticos y gobernantes, no hay más que hablar.

¿A cuánta gente de sustancia conoces en nuestra profesión que viven del tópico y del picoteo de los textos ajenos?Fantasmas y vampiros, claro que sí.

Fíjate en Berlusconi, por ejemplo: no sé si es un cruce de fantasma y vampiro o directamente un íncubo.


Los fantasmas comen con tenedor y cuchillo, y a veces caviar persa.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
02/05/2013 22:25

Sí, Blanca, los fantasmas y vampiros que me dan más miedo (los únicos que me dan miedo, en realidad) son esos que no podemos exorcizar ni matar con una estaca. Y que pisan alfombras y son muy tangibles, pero intocables.
De todos modos, ojalá todo fuera "razón y juicio humano", pese a Jenofonte. Eso no excluye un pensamiento poético, un toque fou.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
03/05/2013 20:19

Ah: hay muchos mundos... pero están en este.

Mac
Mac dice:
29/11/2013 06:23

Soy un actor de teatro y tv, locutor de tv, imitador, entrenador personal, luchador profesional, rapero, músico, poeta, compositor, cantautor, escritor, productor, productor ejecutivo, director y narrador deportivo costarricense, y mis padres son fanáticos de la serie y un día a las 9 me dijeron: Mac hijo ven a ver esta serie; al principio dije que no pero cuando vi a Alba en la primera escena acepte sin dudar. Y me preguntaba cual era el nombre real de Alba y en ese mismo instante en la introducción apareció Patricia Montero me encanto. La veo de Lunes a Viernes y aprovecho que los Sábados y Domingos no lo transmiten para ir a mis eventos de escritor, productor, productor ejecutivo, y director de mis propias obras teatrales, tambien para narrar partidos de fútbol, y para hacer discos de rap pero no videos sólo las grabo y para componerle canciones a diversos artistas costarricenses. Pero la base fundamental y principal de este comentario es que la única razón por la cual vale la pena ver El Don de Alba es por Patricia Montero.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
29/11/2013 13:31

Totalmente de acuerdo.