No suelo ausentarme tanto tiempo pero han sido días de mucho ajetreo. El fin de semana lo pasamos en Punta Umbría, en el Encuentro de Editores Independientes, más conocido como Edita, una grata costumbre anual a la que hacía un par de ediciones que, por una razón o por otra, faltábamos. Este año nos hemos puesto al día con los amigos que siempre van a Edita (la gente de Museo de Arte Extemporáneo, La Más Bella, etc.) y hemos pasado buenos ratos con muchos otros amigos, como Marga L. Morales, Eduardo Bonachera, Javier Gato, Francis Vaz... A mí me encanta Punta, me gustan los lugares que pertenecen al sol y me gustan los lugares donde siempre he estado a gusto con gente que me gusta.
El libro de Eva llegó justo a tiempo para medio presentarlo en Edita. Se trata de
Frágil, una antología de toda su obra publicada por Baile del Sol, con epílogo de Fernando Beltrán y portada de Borja Rodríguez Alonso. Así que estamos de estreno.
Sigo traduciendo a Edith Wharton y leo una novela de Luis Antonio de Villena,
Malditos, una crónica de largas noches de hace treinta años, de esas noches que se confunden con la vida. En la novela, sorpresa, sale Islantilla. Mientras en media España llueve y nieva, yo, malvadamente, leo a Villena en bañador, tostándome como un lagarto, en esta isla de cuento de donde no me sacarán ni a rastras.
¿Qué tas traduciendo de Wharton?¿Lleísti los sos cuentos de pantasmes, qué tal tan?
Un abrazu.