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Devoradores de palomitas

Me encanta el cine, sobre todo el cine clásico, entendiendo por tal el cine de los 80 para atrás. Luego he sido incapaz de ver todo lo que se ha rodado. Podría decirse que mi caso es el de un estudioso de cierto periodo de la literatura y no de otro. Una de las que yo llamo "mis habilidades inútiles" consiste en decir el título, actores, director, etc. de cualquier película de la que sólo me enseñen un fotograma o unos pocos segundos de proyección. Dejemos esto bien sentado: me gusta mucho el cine.

Ahora bien, prefiero verlo en casa. Los puristas pondrán el grito en el cielo: ¿qué tiene que ver una película en vídeo con la gran pantalla, etc.? Pero tengo mis razones. Ayer fui al cine a ver "El orfanato" y recordé por qué prefiero ver las películas en casa.

No se trataba sólo del hecho de que la gente entrara con la proyección empezada o que deambulara por la sala en mitad de la película, con toda la pachorra del mundo, yendo y viniendo a reabastecerse de palomitas. Eran, sobre todo, los escandalosos cujidos de las palomitas, las patatas y sus respectivas bolsas de cartón o de plástico. Eran los continuos comentarios en voz alta. Eran las conversaciones, sí: conversaciones. No me refiero a comentar una cosa puntual sino a pasarse la película charlando en voz alta. Era la señora que cada vez que alguien llamaba al niño de la película: "Simón", ella tenía a bien añadir: "Y Garfunkel". Era que cuando el niño llamaba: "¡Mamá!", se hacía obligatorio contestar desde el patio de butacas, con ingenio inimitable: "¡Qué!".

Me pasé toda la película haciendo chsssss a un lado y a otro, con poca fortuna, porque cuando le pides silencio a un troglodita masticador de palomitas éste tiene a gala ser más chulo que nadie e intensificar los ruidos, los gruñidos y demás manifestaciones de su naturaleza simiesca. Mientras tanto, supongo que uno queda como un tiquismiquis rompegí¼evos que, cosa extraña e insólita, quiere ver la película.

Mientras estas cosas ocurran (y seguirán ocurriendo porque a los dueños de las salas, una vez cobrada su entrada, se la sopla que en las butacas se hayan sentado espectadores o animales sin desbastar), yo seguiré prefiriendo ver las películas en casa, aunque me pierda algo.

PS: "El orfanato", hasta donde me dejaron apreciarla, es una buena película con un final decepcionante, en el que no han sabido resolver todo lo bueno que habían planteado. Pero da su miedo (yo soy de los que paso miedo) y visualmente es preciosa. Abunda desvergonzadamente en todos los tópicos del género y no se remonta por encima de sus modelos. ¿Vale la pena verla? Creo que sí, por pasar el rato (salvo el mal rato de la compañía) y por Belén Rueda, que es una actriz extraordinaria. ¿Para cuándo el papelón que está pidiendo a gritos? Last, but not least, se rodó en Asturies y los paisajes son inigualables. Además de que mi amigo Lluís Antón González hacía un papelito.
archivado en:
Alias Cane
Alias Cane dice:
05/11/2007 16:20

Mi estimado y admirado,

Permítame por favor compartir esto con vmd: http://aliascane.blogspot.com/2007/10/gtico-asturiano-el-orfanato.html

Coincido, coincido... y mi propio altar es un cinema, pero de eso hablaremos otro día.

Desde aquí, agito mi linterna en el norte.

evavaz
evavaz dice:
06/11/2007 02:22

Pues a mí me pareció un "mojón". Sí, estéticamente estupenda, Belén Rueda estupenda y el paisaje estupendo. Pero en esos estupendos se agotó la película. Detesto las películas llenas de tópicos, de lugares comunes para el miedo. Empezó bien y fue de mal en peor hasta terminar vergonzósamente. Y no hablo de la sala, esas que entras por la puerta grande y sales a la puta calle por una puerta que no sabes adónde sale. Detesto el concepto del multicine. Y, por encima de todo, detesto que me estafen con una película que, sinceramente,de miedo sólo tiene el ruido de palomitas y gusanitos en la sala. ¿Quién hace una película como "El exhorcista", "La semilla del Diablo", "39 escalones", "Quién puede matar a un niño" o "El silencio de los corderos" "El resplandor", etc.?. A mí sólo me da miedo, ya, el bocado de la hipoteca a principios de mes. El orfanato es una historia de campamento al lado del terror del euribor. Ya nos vale....

alargaor
alargaor dice:
06/11/2007 15:56

"Me lo temía."
Otro Aranda...

(O sea un bistec)(la peli porsu)

Emilio Picon
Emilio Picon dice:
06/11/2007 20:18

Fijo que te encantaría el tema de los deltonos, "a comer a casa, a comer a la calle".
Y sí, la película es comercial y cumple con los canones (comerciales).

ana martinez
ana martinez dice:
06/11/2007 22:37

Y se te ha olvidado algo, el aroma maizero que a los diez primeros minutos ya te revuelve el estómago de tal manera que el terror de la película (si lo hubiese) queda disuelto en las ganas de vomitar. En fin, en este sentido (y en otros también) el cine ya no es lo que era. Y eso que los talluditos aprendimos a amar el cine en el patio de butacas porque no había otra forma de hacerlo.
En cuanto a la película, creo que es bastante aceptable. Los tópicos son tópicos porque ya está todo inventado. Y la corrección en el trabajo, las más de las veces, se agradece.
saludos

chris
chris dice:
08/11/2007 13:43

Yo la vi en Madrid, en los multicines de Méndez Álvaro -15 salas, 20, no sé- con no menos de cien adolescentes que al parecer celebraban diversos cumpleaños de esa manera: mismamente jodiéndonos la película al resto. ¡Chistar, dices! Si yo tenía que gritar !Silencio, coño! después de cada susto o en los varios tiempos muertos de la película. Sin voz que me quedé. Al final, con mi novia, fuimos a las oficinas a protestar y, cómo sería la cosa, que nos regalaron dos entradas para cualquier película futura en esos cines. Y ahí están, sin utilizar, claro. De cine, vamos.
Un abrazo.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
08/11/2007 14:31

A ti al menos te regalaron dos entradas. Una vez, hace años, después de una experiencia parecida, se me ocurrió ir al encargado y protestar. Se puso chulo. Exigí la hoja de reclamaciones y tuvo que dármela. La rellené y la dejé allí, con el comentario del encargado: "Para el caso que le hacen a eso...". En fin, que sólo saqué un nuevo motivo de cabreo.