Caín sale de su guarida
Parece mentira pero no existía traducción castellana íntegra del Caín de Lord Byron. La última de la que tengo constancia es de los años 60, en prosa, y es espantosa. Posteriormente, José María Valverde tradujo en verso algunos fragmentos. Y nada más. Por eso, cuando esta mañana me han llegado los primeros ejemplares de mi versión de la obra he sentido una emoción difícil de explicar. Aquí está, por fin, gracias a los desvelos de Javier Sánchez Menéndez, responsable de La Isla de Siltolá, que lo ha publicado en edición bilingí¼e. Una edición, pues, histórica.
Os copio la nota de contraportada:
Entre las numerosas recreaciones literarias de la historia bíblica de Caín y Abel, el Caín de Lord Byron ocupa, por su vigencia y profundidad, un lugar señero. Escrita en 1821, durante la estancia del autor en Italia, la obra plantea jugosos dilemas para la reflexión, tales como la naturaleza del bien y del mal, el libre albedrío o la búsqueda por parte del hombre del auténtico conocimiento frente a las verdades pactadas, representadas por el dogma, por el Dios creador, el "Omnipotente tirano". Polémica y escandalosa en su día, Caín se nos presenta como un un drama teológico, una disquisición moral en la que importan más las preguntas que las posibles respuestas, el debate y no la doctrina. Por lo demás, el protagonista encarna el pensamiento insurrecto, la rebeldía contra el poder establecido y el ansia incontenible de libertad, fiel al espíritu romántico que personificó como nadie George Gordon Byron.
Aunque existían traducciones parciales del texto, Caín no se había traducido íntegramente al castellano desde hace décadas. El lector tiene pues en sus manos la primera versión rigurosamente contemporánea de este clásico universal, una obra mayor del siglo XIX que, como escribe en el prólogo su traductor, el poeta José Luis Piquero, "no ha perdido un ápice de su aura maldita, de su desasosegante atmósfera de cuento cruel".
Os copio la nota de contraportada:
Entre las numerosas recreaciones literarias de la historia bíblica de Caín y Abel, el Caín de Lord Byron ocupa, por su vigencia y profundidad, un lugar señero. Escrita en 1821, durante la estancia del autor en Italia, la obra plantea jugosos dilemas para la reflexión, tales como la naturaleza del bien y del mal, el libre albedrío o la búsqueda por parte del hombre del auténtico conocimiento frente a las verdades pactadas, representadas por el dogma, por el Dios creador, el "Omnipotente tirano". Polémica y escandalosa en su día, Caín se nos presenta como un un drama teológico, una disquisición moral en la que importan más las preguntas que las posibles respuestas, el debate y no la doctrina. Por lo demás, el protagonista encarna el pensamiento insurrecto, la rebeldía contra el poder establecido y el ansia incontenible de libertad, fiel al espíritu romántico que personificó como nadie George Gordon Byron.
Aunque existían traducciones parciales del texto, Caín no se había traducido íntegramente al castellano desde hace décadas. El lector tiene pues en sus manos la primera versión rigurosamente contemporánea de este clásico universal, una obra mayor del siglo XIX que, como escribe en el prólogo su traductor, el poeta José Luis Piquero, "no ha perdido un ápice de su aura maldita, de su desasosegante atmósfera de cuento cruel".
La leeremos. Enhorabuena.