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Barcelona es bona

Me encanta Barcelona. Creo que hay muy pocos lugares en el mundo (al menos los lugares del mundo que yo conozco) tan estimulantes y tan hermosos. Y eso que ni muerto viviría en Barcelona, ni arrastrado por cuatro caballos. En ninguna ciudad: ni en Barcelona, ni en Oviedo, ni en Huelva ni (horror de los horrores) en Madrid.

Barcelona está llena de dos cosas: de vida y de turistas. Ningún sitio es perfecto.

Lo primero que me encontré en BCN fue a David González. Los que leéis mi blog estáis frotándoos las manos. Pero a mí con DG me pasa algo extraño: nos insultamos, nos enfadamos, nos gritamos, nos ponemos a caldo en blogs, periódicos y donde se tercie... y luego -¡mecagí¼en la leshe!- cada vez que nos encontramos nos damos un abrazo y hablamos interminablemente de todas las cosas. Creo que es la persona con la que más discrepo: no estoy de acuerdo con él en absolutamente nada. Pero luego... ¿Va a ser que nos queremos? David: desde aquí, un abrazo y que te den por culo veinte negros. Tú me entiendes.

Lo segundo que me encontré fue Barcelona. Esta ciudad late. Uno siente que puede respirar con ella. Como suele ocurrir, la poesía no estaba en las jornadas, no estaba en las mesas redondas. Estaba fuera, estaba en la calle. En la gente. En el camarero que te pone el vino, en la muchacha que pasa con una vida a sus espaldas que tú nunca podrás conocer y es tan bella que lo lamentarás siempre, en el taxista, en el tipo de la recepción, en la vendedora de flores de la Rambla... Mientras tanto, en la cuarta planta del Palau de la Virreina una tipa decía que no era en absoluto necesario leer el Quijote y hasta quedaba guay decirlo.

A Elena Medel la quiero mucho y la beso con sinceridad. O lo haré dentro de una semana en otro encuentro, esta vez en mi tierra, jugando en casa. A Manolo Vilas también lo adoro, y más cada vez que leo un libro nuevo suyo. Por no hablar de María Ángeles: su inteligencia, su benevolencia, su cultura, su todo... Tantos amigos... Qué maravilla. Me encontré casualmente a Julián Rodríguez, al que he seguido leyendo todo este tiempo pero al que no veía desde hacía quizá diez o quince años, cuando yo tenía otra vida en otro lugar. Y a José Luis Espina, que pasaba por allí. Y amigos nuevos, como Dagmar Bucholz, reciente traductora al castellano (junto con David) de Denise Duhamel y una persona educadísima y muy culta. O María-Eloy García, deslumbrante y divertida, con quien también coincidiré pronto en Oviedo. El propio director del Palau de la Virreina, Iván de la Nuez, era un tipo estupendo.

He descubierto a Miguel Ángel Martín. A él; porque sus cómics e ilustraciones ya los conocía y admiraba. Pero no sabía que era alguien tan divertido, tan capaz de expandir una noche y llenarla de tantas cosas.

La mejor lectora que tengo, y posiblemente la mejor lectora que puede tener cualquier escritor que crea en lo que hace, nos invitó a cenar una noche en su casa y nos regaló la compañía de sus amigos. Esos amigos los quiero para mí. Judith Gallimó, tal vez la mejor escritora-sin-obra del mundo, nos hizo felices. Lo confieso: la amo. Una persona que te hace mejor no es alguien que uno encuentre todos los días, ¿no? Pero lo que tengo que decir de Judith lo leeréis en mi próximo libro porque hay un poema que trata sobre ella.

A mi editor, Sergio Gaspar, no lo conocía. Su timidez chocó con la mía y seguimos sin conocernos. Pero seguiremos trabajando juntos. Creo que Sergio y yo podríamos hablar durante horas de muchas cosas importantes e indispensables para seguir viviendo pero no lo hicimos y tal vez no lo hagamos. Habría que abolir (él y yo, los dos) demasiadas capas, demasiadas cortinas de humo. Pero yo quiero seguir publicando mi poesía con él y él quiere, me parece, seguir publicando mi poesía. Bien: hablaremos, mucho, por páginas interpuestas. A través de las mías y de las suyas.

Me pasé a visitar en la calle Aragó a mi otro editor barcelonés, Juan Capdevila, quien me ha convertido con sus encargos en un experto en John Steinbeck. Fue un gustazo visitar la editorial Navona y tomarme un expresso con Gema y Marisa y Juan y hablar durante media hora con gentes tan educadas, tan cultas y tan cordiales. Cada vez valoro más eso: gente civilizada y sin amagos de pedantería; gente flexible y tolerante, con sentido del humor. ¿Es seny en catalán?

En cuanto a Neo 3, hubo intervenciones divertidas y varias, la mayoría, muy interesantes. No diré nada de la de Eva porque soy arte y parte. Se discutió, se polemizó y todos tomamos nota de algún título, algún nombre, alguna dirección que hemos descubierto aquí. También se dijeron cosas que era mejor no oir. A veces parece que se están olvidando las cosas básicas: nos gusta leer libros, nos gusta ver películas, nos gusta la música, nos gusta escuchar ideas nuevas, nos gusta vivir intensamente y quiero saber lo que piensas. Pero no me vale todo, no soy el recipiente de la primera cosa que se te ocurra.

En la última jornada del encuentro, un novelista muy conocido proyectó un vídeo, con la carta blanca que le otorgaba su reciente éxito editorial. Era una cosa pedantesca que aburría a las piedras y que parecía ser percibido acríticamente sólo por ser vos quien sois. Me fui antes de que terminara y en la planta baja del Palau había una función de teatro vanguardista. Nuevamente, la pretenciosidad y el tópico: mucha lucecita y algún desnudo y todo muy modelno y banal. La democracia subvencionada pretende convertir a la ciudadanía en espectadores aquiescentes. Otro día hablaremos de envoltorios: tecnología, concepto, una pátina de provocación. Todo está bien. Si tenemos la bendición de Braudillard sólo hay que añadirle internet y los i-pods. El Quijote sobra.

El artista más grande de Neo 3 no intervino en las jornadas. Se llama Gonzalo, es cubano y nos paseó por la Barcelona latina, la Barcelona más golfa, y nos abrió paso en todas partes con su don de gentes y su amistad con todo el mundo. Fue generoso y nos dedicó todo su tiempo. A él y a Judith y a Juan y a Marisa y a Gema y a Miguel van dedicadas estas líneas.


F.
F. dice:
16/10/2008 01:16

No estuve en Neo3, pero sé de sobra quién era el novelista que proyectaba un corto... y, la verdad, con que fuera la mitad de bodrio que la novelucha que le ha dado fama, ya valdría para echar dos o tres pigazos... Búscate una idea y olvídate de escribir...

Santiago Bertault
Santiago Bertault dice:
16/10/2008 21:24

¡Desde luego está claro que cada vez que haces una excursión da para mucho!
Saludos

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
17/10/2008 02:30

Son cosas que pasan a veces, F. Es la máxima del todo vale.
Santiago: lo procuro. Un abrazo y espero vernos pronto.

IvaN
IvaN dice:
26/10/2008 09:30

Saludos desde Barcelona. Muy buena la crónica. Se les echa de menos. Ya estamos preparando el quinto caballo para arrastrarlos de vez en cuando. Esta semana fue Kosmopolis y algunos del Neo3 repitieron.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
28/10/2008 22:48

Gracias, Iván. Tenemos un gran recuerdo de esos días, especialmente del último, contigo, con Gonzalo y con Miguel. Un abrazo.