Anodino
Parece que uno apenas hace nada en un día; esa es la sensación que tengo ahora. Y sin embargo hice muchas cosas. Por la mañana fui a Isla Cristina, me senté en una terraza y empecé el que quizá sea mi octavo poema del año. Me tomé una cerveza con Eva y con Marga y terminé de leer una novela que no me convenció (por lo que no diré cuál ni de quién). Por la tarde trabajé cerca de seis horas, me leí los periódicos, me indigné con la propuesta de Rajoy de la elección directa de alcaldes (un proyecto que, si se materializa, constituirá un golpe de estado en toda regla) y por la noche volví a ver en la tele "La niña de mis ojos". Mañana espero hacer aún más cosas.
(Entre otras, devolver a la biblioteca de La Antilla esa novela y otros dos libros más y recibir el castigo por unos días de retraso, cosa que siempre me ocurre. La bibliotecaria ya debe pensar que soy imbécil. "Sácalos de uno en uno, atontao", querría decirme).
En cuanto al poema, es totalmente opuesto al último escrito, en mensaje e intenciones. Pero creo que me gusta contradecirme. En los poemas se constata más nítidamente nuestra innata imperfección, nuestra falta de lógica.
Y para acabar un día tan desprovisto de hechos memorables, esta breve nota para que se sepa que sigo vivo. Ojalá pudiera entreteneros contando que fui de safari o que salvé la vida de uno que se ahogaba o que participé en una orgía con otras veinte personas. Quizá mañana.
(Entre otras, devolver a la biblioteca de La Antilla esa novela y otros dos libros más y recibir el castigo por unos días de retraso, cosa que siempre me ocurre. La bibliotecaria ya debe pensar que soy imbécil. "Sácalos de uno en uno, atontao", querría decirme).
En cuanto al poema, es totalmente opuesto al último escrito, en mensaje e intenciones. Pero creo que me gusta contradecirme. En los poemas se constata más nítidamente nuestra innata imperfección, nuestra falta de lógica.
Y para acabar un día tan desprovisto de hechos memorables, esta breve nota para que se sepa que sigo vivo. Ojalá pudiera entreteneros contando que fui de safari o que salvé la vida de uno que se ahogaba o que participé en una orgía con otras veinte personas. Quizá mañana.
Pues oiga, a mí me parece que el Ano Dino ése (vaya nombrecito) hace un porrón de cosas. Y encima las cuenta, y bien. Ya quisieran otros. Enhorabuena, y siga usted siendo (por lo menos) tan vago.