VENGANZA
El tipo tenía un almacén de frutos secos en las afueras del pueblo. Se pasó toda la mañana reparando con yeso las grietas y blanqueando con cal la fachada, trabajos que hizo meticulosamente. Con amor, limpió y regó los tiestos de geranios que ornaban la entrada. Por último barrió y fregó cuidadosamente todo el empedrado.
Se enderezó, miró y estuvo contento.
Cuando empezó a recoger los bártulos llegó el tío Simón con una carga de almendras, desabrochó los serones y entró al almacén arrastrándolos.
La burra, aliviada de la carga y del paseo, levantó el rabo y soltó una monumental pirámide de cagajones. Sobre el empedrado reluciente.
El tipo trincó el palustre, cogió un puñado de cascotes y los revolvió con el sobrante de la mezcla.
Cuando el tío Simón salió, al reclamo de los rebuznos de su Platera, se la encontró con el culo repellado y sin poder plegar el rabo.
El tipo reía a carcajadas con mirada mefistofélica.
Talión se llama el tipo.
Se enderezó, miró y estuvo contento.
Cuando empezó a recoger los bártulos llegó el tío Simón con una carga de almendras, desabrochó los serones y entró al almacén arrastrándolos.
La burra, aliviada de la carga y del paseo, levantó el rabo y soltó una monumental pirámide de cagajones. Sobre el empedrado reluciente.
El tipo trincó el palustre, cogió un puñado de cascotes y los revolvió con el sobrante de la mezcla.
Cuando el tío Simón salió, al reclamo de los rebuznos de su Platera, se la encontró con el culo repellado y sin poder plegar el rabo.
El tipo reía a carcajadas con mirada mefistofélica.
Talión se llama el tipo.
de como atrapar una situación de las que ya casi ni existen