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ODA A LA VICTORIA DE ESPAÑA SOBRE RUMANÍA

Creo que fue en 1997 cuando la selección española de júrgol tuvo que jugar un partido importante con la de Rumanía. Yo veía a mis colegas de la Sagrada Institución de Orates absolutamente ansiosos por lo que pudiera suceder y, el día del partido, en las calles no veía a nadie, pero lo que se dice a nadie. Me emocionaban tal ansiedad, tal ilusión por el afecto enfermizo que tenía a los demás orates. Y ello me inspiró todo lo que reproduzco a continuación:

A tí, colega que habitualmente sólo piensas en ganarte la vida como puedas, dedico esta oda, este canto épico, dotado de helénica gracia, compuesto en mi soledad (solo en la carretera, solo en las calles de la vacía ciudad, solo ... etc.) de no aficionado al foot-ball, pero sensible a tus placeres y desdichas. Aprende el poema de memoria y cántalo en la ducha antes de salir a ganarte la vida, mas si no lo amas, compúngete y llora -como yo- por desperdiciar ocasiones como ésta de ser feliz. Y luego alégrate, porque como habitualmente esta gente de las pelotas lo que hacen es defecarla para desesperación de los hinchas, también te ahorras sus cuasicotidianos disgustos (por lo menos, eso me parece a mí cuando por las mañanas me endilgan una parrafada del butanito, parrafadas ésas que siempre anuncian el apocalipsis, el holocausto y la hecatombe. ¿o será que como no entiendo lo que está el tio es disfrutando y yo ni me entero?)


Mas hora es ya de que te estremezcas con la fuerza de la oda, llegado ha el momento de que la emoción de la inspiración mía te haga vibrar como vibro yo cuando viajo en tranvía. Pasa la página, concéntrate -pero no cierres los ojos, porque entonces a ver cómo lees-, y enardécete. Después ... después, admírame hombre, que Zeus y Afrodita te lo pagarán.

ODA A LA VICTORIA DE ESPAÑA SOBRE RUMANíA


Día de gloria para el patrio honor
aquél en que los once clementinos,
peloteros,
vencieron a los once de Romania
con los más fermosos goles, señeros
de su Hispania.


Ved cómo saltan al césped, animosos,
ved cómo brincan y trotan, ligeros
los muchachos.
Sus patadas brillan como luceros
y sus regates llevan al olvido
a los gabachos.


Los once clementinos, si hembras fueran,
cual naranjas fueran denominados,
clementinas;
mas son muy machos estos esforzados
que al desgaire corren, sudan y vencen
sin pamplinas.


Loas y parabienes,
laurel para sus sienes
y las más bellas doncellas
se ofrenden a las centellas
del borceguí, la calzona y la camiseta,
que sudaron con fervor
y no por el calor.


Escancien el aguamiel
del triunfo
para sus labios gloriosos.
Esculpan sus rostros hermosos
en perícleos mármoles
que inmortalicen el gesto noble
propio de centenario roble.


Canten el "Oe, Oe" armoniosos efebos
de cristalinas voces dotados,
cuando a la tele se asomen
(y medio borrachos,
todo sea dicho,
que alguno parece
más que hombre, bicho).


En España ya no hay paro,
ni GAL, Filesa o fondos reservados,
que si ha ganado la selección
este importante partido,
del mapa ha desaparecido
la mismísima inflación.


Demos gracias a los dioses
de todas las religiones,
sean paganas o cobranas
y todas las mañanas,
desde ahora hasta la muerte
brindemos por esta suerte
y tengamos en la mente
¡¡a los chicos de Clemente!!


Ea.

 

 

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El Vate Orate

archivado en:
MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
14/09/2009 18:19

Vaya, qué le cambias el nombre al entrenador e igual nos vale para el presente, heroes aunque sólo sea por patear un balón... Españeta, Españeta, siempre Españeta

Rafa Leon
Rafa Leon dice:
15/09/2009 15:10

Son los modernos héroes, esos que navegan por aguas plagadas de islas tributarias paradisíacas -y aquí los cantos de sirena tienen cara y cruz a buen recaudo en cajas fuertes- y que Penélope desde su Hacienda ya no espera pues sabe que no devolverán lo que les dió ítaca un día.

Con dos pelotas, sí señor.

Abrazos.