ha amanecido ensangrentado el trasfondo de los horizontes,
las palabras perdidas en este abismo de laberintos,
de cristales rotos, de libros incendiados.
amanecen los cielos púrpuras
con los vientos silenciosos y los soles apagados.
no repican las campanas,
de nada sirven los muros de las lamentaciones,
ya hasta los minaretes han enmudecido.
se han teñido de rojo los océanos,
un nuevo muro se vislumbra entre las sombras,
nuevas alambradas asfixian nuestras palabras.
no existen tierras prometidas
ni paraísos,
ni jardines llenos de vírgenes...
sólo niños
arrojados como piedras contra ejércitos de fantasmas,
sólo niños jugando en las calles entre armas y cadáveres,
entre fuegos y ruinas.
hoy amanece el día con los perfiles del cielo desgarrados
por el vuelo roto de los pájaros...