Yo no sé
si es así como se muere
o así como nos matan en el silencio y en el olvido.
Yo no sé si las palabras tienen vida propia
o somos nosotros los que les regalamos nuestro aliento.
Yo ya no sé hilvanar mis pensamientos
ni mis odios
ni siquiera dibujar metáforas en el frío marmol.
Yo no entiendo de plegarias
ni rezos ni alabanzas, ya dejé de arrodillarme
y de esconderme.
Yo no sé si éste es el aire de nuestro mundo
o es el veneno que nos gasean los asesinos.
Ya no sé qué es la palabra, qué las libertades, las esperanzas
o qué son las banderas.
Ya no sé qué es lo que hacemos aquí, cuál nuestro significado,
ni cuál será el salmo que cantarán en nuestro sepelio.
Yo no soy un poeta de esos que yacen en las cunetas
ni de los que se pudren en los calabozos,
no soy un disidente incendiario.
No soy de los que se dejan morir de hambre
ni por los hombre,
no me arrojo contra las alambradas
ni me voy a la deriva por los mares embotellado en un mensaje.
No sé si así es como se muere,
si ésta es la forma en que nos arrebatan la existencia.
No sé si este será mi último lecho
mi último vaso de vida,
si ésta será mi última palabra...