corazones
alzamos nuestras manos
ajenas
atadas a los brazos como mástiles
al borde de las chatarras de este mundo.
gritamos el nombre de nuestra patria
desdibujada
recubierta del polvo de nuestros cadáveres.
llora nuestra sangre, lágrimas de acero, palpitaciones
de corazones enquistados.
alzamos las manos, como armas automáticas,
clamando a los cielos una lluvia de pétalos desecados
sobre nuestras lápidas.
y los niños ya no son niños sino bocetos emborronados
de un hombre sin futuro,
tan solo son sombras deshilachadas de un ejército fantasmal
que desfila sin opción a retorno.
hoy alzamos nuestras manos
sin futuro
sin nada de pasado
con el sueño entre los dedos de que somos los dueños
de un nuevo resurgir,
herederos del paraiso aterciopelado de nuestros sueños.
ajenas
atadas a los brazos como mástiles
al borde de las chatarras de este mundo.
gritamos el nombre de nuestra patria
desdibujada
recubierta del polvo de nuestros cadáveres.
llora nuestra sangre, lágrimas de acero, palpitaciones
de corazones enquistados.
alzamos las manos, como armas automáticas,
clamando a los cielos una lluvia de pétalos desecados
sobre nuestras lápidas.
y los niños ya no son niños sino bocetos emborronados
de un hombre sin futuro,
tan solo son sombras deshilachadas de un ejército fantasmal
que desfila sin opción a retorno.
hoy alzamos nuestras manos
sin futuro
sin nada de pasado
con el sueño entre los dedos de que somos los dueños
de un nuevo resurgir,
herederos del paraiso aterciopelado de nuestros sueños.