Ciudadanos, menores de edad ( by Samuel )
nuestro premio en lo alto será beber y amar.
Yo comienzo a gozar y vaciar copas en vida,
disponiendo mi alma al placer de allí arriba."
Omar Khayyam (1048-1131?), Rubaiyat
Por las críticas suscitadas, y ante la cercanía de las elecciones autonómicas, la ministra de sanidad Elena Salgado acabó retirando el anteproyecto de ley para la prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores. El anteproyecto de ley preveía, entre otras medidas sanitarias y educativas, la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas a menores de dieciocho años, y la prohibición de su consumo en espacios públicos. También se limita seriamente la publicidad y promoción de bebidas alcohólicas.
Afortunadamente, la ley no ha salido adelante, aunque sea más por presión de determinados grupos económicos que como resultado de un debate serio sobre el consumo de drogas, que es de lo que estamos hablando.
Las declaraciones del Consejero de Interior del gobierno catalán Joan Saura en favor de una "legalización de todas las drogas (sic)", aunque luego matizara que "no se deben tomar", tampoco ha servido para impulsar un debate que considero importantísimo.
Con la excusa de la protección de la salud pública, el mencionado anteproyecto daba una vuelta de tuerca más en el recorte de libertades, y en la consideración de las personas como seres irresponsables que no pueden tener la última palabra en lo que a su cuerpo se refiere.
Con el pretendido objetivo de proteger al menor, en lugar de contribuir a su madurez como ciudadano responsable, se le infantiliza aún más. Un adolescente, y por extensión, cualquier persona, no puede aprender a consumir alcohol o cualquier otro tipo de drogas de forma responsable.
El Estado continúa decidiendo, además, qué drogas son aceptables y cuáles no, de forma totalmente arbitraria. En el último borrador del anteproyecto se asumía la excepcionalidad del sector vitivinícola, más por salvar la cara ante un sector en cuya promoción interna e internacional el gobierno está fuertemente implicado, que por un criterio racional o justo. No se entiende por qué el vino puede acogerse a un trato más favorable que la cerveza o la sidra (teniendo éstas menor graduación alcohólica además).
No hace falta pertenecer a ningún gremio económico para defender la libertad de cada cual para consumir alcohol o lo que le plazca. Por supuesto que el alcohol, y cualquier otra droga, puede producir serios daños físicos y psicológicos. Y mucha gente puede acabar enganchada, si no logra evitar su abuso.
Pero también tiene efectos beneficiosos, y no me refiero a los aspectos sanitarios, sino puramente hedonísticos, que son los más inconfesables, debido a la fuerte hipocresía social que existe sobre este asunto. El alcohol se consume porque gusta, porque deshinibe, porque facilita la sociabilidad, etc. Al contrario que el café, no favorece la productividad laboral. El placer tiene riesgos, es un potente adictivo, y todo aprendizaje serio debe incluir cómo afrontarlo o manejarlo sin dejarse dominar por él, en lugar de tratar de reprimirlo, ocultarlo o esconderlo, pues peor es el remedio que la enfermedad.
Luego cada cual pondrá en la balanza aspectos positivos y negativos, y podrá decidir en consecuencia. En ocasiones necesitará ayuda. Y habrá gente para quienes las consecuencias negativas superan con creces cualquier otra consideración.
Pero es un error pretender que el Gobierno impida a priori, de forma preventiva, el consumo personal de ésta o cualquier otra substancia. No deja de ser revelador el hecho de que los Estados traten de controlar el consumo individual de sustancias (que no afectan a terceros, sino al propio cuerpo), y en cambio no dediquen igual atención a la emisión de sustancias contaminantes por parte de la industria y del tráfico motorizado, o a la venta de armas, que sí que afectan negativamente a terceros. A este doble rasero hay que añadir el fariseísmo de una clase política que consume más alcohol, cocaína, y otras sustancias que la media de la población.
http://www.javierortiz.net/voz/samuel/
Yo también me planteo el motivo de tanta ¿preocupación por la salud pública?. Greempeace no deja de advertir que el agua, el suelo y el aire de Huelva están entre los más contaminados del mundo. Greenpeace y la Mesa de la Ría han realizado mediciones,en las proximidades del Río Tinto y junto a las balsas de fosfoyesos, a un kilómetro escaso del centro de Huelva, llegando a registrar una radiación 111 veces superior al máximo permitido (Real Decreto sobre Protección Sanitaria contra la Radiación Ionizante). Y han podido documentar la fuga de aguas contaminadas al río Tinto.
Greenpeace dio a conocer que había tenido acceso a un documento de la propia Consejería, denominado "Informe preparatorio de la Delegación de Huelva para el estudio epidemiológico sobre la contaminación del polo industrial de Huelva y los riesgos para la salud". En el que se pone de manifiesto que la tasa de mortalidad en Huelva es superior a la media andaluza y española, tanto para enfermedades vasculares como para tumores malignos.
Greenpeace también dió a conocer que en un informe del CSIC del año 2001, se dice que "el análisis de los datos sobre mortalidad total por cáncer muestra que hay un exceso de mortalidad masculina por cáncer del 10% en Huelva y del 7% en la Ría con respecto al resto de capitales andaluzas. En el caso de las mujeres, este exceso es del 6%...". Además, Huelva es la provincia con más asmáticos de España, un 14,6 por ciento, según un estudio presentado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) sobre salud respiratoria en Europa.
Huelva está a la cabeza en cuanto a cancer de pulmón y laringe.
¿Y cuál es la versión oficial de la Junta de Andalucía? Según declaraciones de la Consejería de Salud eso es "debido a los hábitos de fumar en esta zona"
http://www.youtube.com/watch?v=ie2ISGjNlHQ
Increible pero cierto, después de oir eso cualquier cosa es posible...