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REGRESO


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Vengo entrando en tierra por el agua,


Desaguando fotos que atestiguan


Un alma de tamboriles


Aporreados con puntas de machetes.





También llovía mientras volvía.





Vengo entrando horizontal de costado


Con el testimonio incierto de una ida


Temerosa de no hallarte


Adherido a la brisa del paisaje.





También llovía mientras volvía.





Traigo arena vermicida en los ojos


Y un silencio lineado a mis oídos,


Traigo el índice señalando un nombre.


Vengo de la mar. Y te traigo flores.


archivado en:
ana flores
ana flores dice:
10/09/2008 04:16

El mar, la lluvia, la brisa, nosotros (el 70 0/0, creo)..., agua, vida. Esa sustancia con apenas nada, apenas si es aire, aire líquido, y tan importante, tan necesaria..., en constante movimiento; tu poema, una ola, una gota, una lágrima... Sabes que me gustan mucho tus poemas Victoria, y este desde luego también.

"...Llueve también por nuestros corazones:
¡Llueve de amor y en él nos empapamos!
¿No es tan dulce el amor como la lluvia?
(la misma calle incluso porque vamos
tiene, bajo el paraguas, su ternura...)..."

Mario López
(¡mira que soy pesada...!, no es el título, me refiero a mí)

Un beso grande grande poeta.

Mamen
Mamen dice:
10/09/2008 10:38

Una llegada muy hermosa, el alma de tamboriles, la lluvia, el mar, el silencio.

Precioso.

Un beso.

malena
malena dice:
10/09/2008 14:08

No hay que llegar con la duda de si nos esperarán. Siempre hay alguien que nos espera para abrazarnos.

Sensible. Como tú.

Un beso, Victoria.

alargaor
alargaor dice:
10/09/2008 14:34

"Me gustaría estar bajo la mar para no hablar de la lluvia nunca más".
(estribillo de un temita preciosos de este peaso "conjunto" http.//www.deus.be
Sigue liricando asín, asín de bién.

PACO HUELVA CALA
PACO HUELVA CALA dice:
10/09/2008 17:45

Mi querida Victoria:
Ando lleno de tamboriles de agua que, como piedras de nieve golpean los cristales donde habito -esta noche pasada, así fue-, que me hacen volver, temeroso, al niño que fui... asustadizo de los relámpagos, angustiado con el tronar que no acaba, añorador del regazo de la madre, esa que me susurraba al oído que no me preocupara, que no ocurría nada. El granizo desbocado de esta noche, con piedras como puños, que dejaron sus letales señales en las carrocerías de los coches estacionados en la calle, en el otoño que ha llegado de golpe a la arboleda desramada, desnuda y pudorosa antes de tiempo, han hecho que la noche sea una vela continua sin poder dormir y sin saber quién es el muerto.
Tal vez el finado fui yo, y algo de mi se marchó también con esta borrasca, con la furia de de esta meteorología que nos lleva aturdido por nuevos caminos, que cambia las estaciones. Tal vez todos andemos perdidos, no solo en nuestra ignorancia por entender el mundo sino también por la imposibilidad de comprendernos a sí mismos.
UN BESO.

MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
11/09/2008 01:34

Un alma de taboriles aporreado por puntas de machetes... eres la hostia Victoria. Me quedo con esa imagen, es impresionante.
Vino y besos

Patxy
Patxy dice:
13/09/2008 03:48

Gracias por escribir,me gusta tu estilo y me siento espejo de tu letra.
Besos de....Pascual.

Victoria Caro Regidor
Victoria Caro Regidor dice:
13/09/2008 12:28

No sólo llevamos equipaje y regalos cuando vamos o venimos,

AMIGOS Y AMIGAS LO NUESTRO NO SON LAS CIENCIAS PURAS.

ALFONSO YA PRONTO ESTAMOS FOREBEANDO.

PACO, TE PROMETO QUE ME ACORDÉ DE Tí CUANDO VI LAS NOTICIAS. AHORA MÁS TRANQUILA, TEMí POR Tu MARAVILLOSA CABECITA.

PATXI, BIENVENIDO Y GRACIAS