¿Dónde andabas? Se te echaba de menos. Y más con la esperanza.
Sé feliz y esparce tu felicidad.
¿Ves...? Pues lo que yo decía, que la esperanza andaba ordeñando el microcosmos entre tú y tus lectores para que, al fin, manaran, lacteos y sabrosos, la amplitud de tus versos. Por fin, quilla.
Besotes.
La esperanza siempre tiene que ser paciente. Lástima que nos acaricie antes la muerte y nos entreguemos a la soledad eterna.
Saludos
¡¡Qué alegría me ha dado al abrir tu blog y ver que habías colgado algo nuevo!! Me gusta el poema, y me gusta la ilustración.
Curiosidad: me ha transmitido algo parecido a lo que acabo de sentir al leer el poema de Manuel Rubiales: el paso por la vida sometido a las circunstancias, a la cotidianidad asfixiante, a la mediocridad.....
¡¡¡Y a la esperanza se le ve tan viejecita!!!
Bienvenida al sendero mi querida Victoria, espero que te quedes por aquí un tiempo.
UN BESO
¡Que se piren ya de casa!, que a la esperanza me la tienen frita, a la pobre.
El día que se vayan, Esperanza se confiesa, comulga, se desarrefaja er corsé de toda la vida, y se nos va con la Anita a "vivir una y varias más hipocresías de esas, sin culpas. Ni falta que les hace, jojó.
me has emociomado querida victoria, eres miuy linda, y nada vilana, como podria pensar algunos cerebros desarmados de sensibilidad, en mi descubro con este poema , la fusión entre la paciencia y la esperanza, y eso me hace sentirme muy vivo. siempre te hecho de menos, que alegria conocerte. ciao
Mi querida Victoria: Todos nos acomodamos a las circunstancias dejando muchas veces de lado la rebelión contra las injusticias,¿quizá porque no creemos en esa mujer que tiene por nombre justicia?
Pero es indudable que no debemos perder nunca la esperanza en que todo poco a poco se arreglará y entonces no seremos tan acomodaticios.
Es un placer volverte a leer después de tanto tiempo.
Mil besos y mil rosas.