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JE L´AIME A MOURIR *Le cuatrième épisode*

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Todos tenemos una caja negra en el interior de nosotros mismos, como los aviones, en ella se van quedando registrados todos los datos de nuestro inconsciente, hasta los más ocultos y los más oscuros. Una caja que sólo puede abrirse en caso de accidente a veces y de fallecimiento siempre. Yo empiezo a conocer el contenido de mi caja negra...Quién he sido, el por qué de cada uno de mis sentimientos, de mis actos y de mis pasiones van erupcionando descifrados, candentes por el espejo del mar en el que me ahogué y por el que sigo vagando.

 

Ahora sé que lo he amado como no se puede amar, como no se ha amado antes, como a nada, como a nadie...Ahora sé de mi postura distante, de mi antipatía a derrochar afecto, de los frutos de una niñez solitaria y madura. Me doy cuenta que debí protegerlo más de mí mismo. Ahora sé de mi doble fondo, de las múltiples formas, de sus envoltorios, de sus desnudeces...

 

Anthony (de Antonio) no tiene más que un defecto, pero es tan visible como terrible... Il est un homme parfait. Un tipo formal y serio. Se pasa la vida calculando todas y cada una de las décimas al mundo. Es de esos personajes que te dan unas palmaditas en la espalda y te hacen encoger varios centímetros. Por eso me ha amado tanto, porque conmigo no le cuadraban jamás las cuentas, no estaba en ninguno de sus cómputos, ni podía aplicarme ninguna fórmula. Yo le resultaba única, indefinible, imprevisible. Irresistible. Tampoco comprendió nunca por qué yo lo quería, a pesar de que me lo preguntaba todos los días. - Te quiero porque me haces reír, solo por eso-, le respondía yo. Y él que se tenía por un tipo serio, no lograba entender que se lo decía porque, su influjo, me hacía reír, porque sólo se ama de verdad a quien te hace reír, porque no hay sabiduría más profunda que la risa: esa que nos obliga a cerrar los ojos y a soñar que somos... Lo volví loco, m'aimais í  mourir. Más tarde se dará cuenta que también morirá el mismo día que yo. Por eso mismo no sentí lástima por él cuando recibió la noticia de mi muerte a través del móvil.

 

No sabe contestar a la pregunta de mi padre sobre mi última voluntad, sobre qué hacer con mis cenizas. Le da por reír.

 

Las princesas transparentes (llamo así a mis amigas porque no tienen sangre, lo único que tienen rojo son los labios y es por el carmín) al ver a mi amor tan afligido de risa sacan sus mejores malezas, levitan a unos centímetros del suelo, enseñan sus uñas y lo rodean ambicionando ocupar mi puesto ahora vacante y, por cierto, aún bastante caliente.

 

El resto de dolientes, cumplidores y alcahuetes están reunidos en congreso de mentes haciendo en tan pocas horas un repaso muy completo de toda mi trayectoria vital. Completamente abandonada en este mundo tan pequeño para ella. Sola y en desorden. Ha tenido una muerte muy dulce y una infancia muy agria. Su madre no se merecía ese tipo de hombre. Menuda suerte de que Anthony estuviera con ella. Los años que su padre lleva sin preocuparse por ella y ahora... La riqueza que no da calor. Fue una buena estudiante aunque no debió decantarse por la psiquiatría. Un poco loca siempre estuvo, tenía unas cosas que... Muy poco afectuosa con sus parientes y amistades. En el fondo como todas las recién muertas: una buenaza. Divertida, insensata, imprudente, poco religiosa aunque siempre en las alturas. lo mejor de su cara, nadie como ella para "le petite pomme"...

 

Repaso éste que, si ellos tuvieran el privilegio, como yo tengo en estos momentos, de poseer la llave de mi caja negra, se darían un puntazo en sus dichosas imaginaciones y sus dichosas bocazas. Pero bueno, a quién no le gusta ser la protagonista, aunque sea por un día, aunque este coincida con el de su propia muerte.

 

archivado en:
PACO HUELVA CALA
PACO HUELVA CALA dice:
30/08/2008 22:00

Mi pequña niña, magnífico tu diserto. Desnudar a los personajes desvintióndose uno, es la única forma de ir comprendiendo el mundo.
Me voy de viaje. No regresaré aproximadamente hasta mediados de septiembre.
UN BESO.

Trini
Trini dice:
31/08/2008 10:35

Me gusta este relato y me quedo con este capitulo, Leyéndote, nos haces participe de la escena, como si estuviésemos allí, en el centro.

Sabes, antes, cuando pensaba en la muerte, siempre imaginaba esto que narras. El estar ahí, sobrevolando la escena, invisible, y oyendo todo lo que cada cual, creyéndose a salvo de oídos indiscretos, opinaba de mí.

Ahora no pienso en eso. A estas alturas, no me importa nada del qué piensan o pensaron. Tampoco me permito pensar en la muerte, no quiero que se sienta tentada y aparezca a husmear...

Besos

ana flores
ana flores dice:
31/08/2008 11:42

¡Holaaaa Victoria! Me alegro de volver a leerte, te he echado mucho de menos.

Tu relato: a mí me tiene enganchada, intrigada y si te soy sincera me inquieta. A mí si me gusta pensar en la muerte, en mi muerte, fantasear con ella, no sé..., es una atracción fatal. Todos tenemos nuestra vida y nuestra muerte.

"¿Cómo podría hacerle daño?
Entonces no lo sabía. No sabía que era capaz de herir a alguien tan hondamente que jamás se repusiera. A veces, hay personas que pueden herir a los demás por el mero hecho de existir."
Haruki Murakami "Al sur de la frontera, al oeste del Sol"

Un abrazo grande con besos Victoria, espero que nos veamos pronto.

calle quimera
calle quimera dice:
01/09/2008 22:47

Hola Victoria.Amor y salud¡¡.

calma
calma dice:
08/09/2008 11:57

Genial Victoria, esa caja negra, es como el adn, va intrínsica a nuestra persona, lo que pasa que cuando ya no estemos, no servirá para llegar a ninguna conclusión, menos mal.
Esa canción es de por vida, inmensa.
Un cariñoso saludo

MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
09/09/2008 00:59

Me ha encantado el relato, y lo del simil de la caja negra es de sobresaliente, ahora, eso si, la pelambrera y el mostacho del gachón que canta es para darse un chocazo, qué pintas, "mare mía de mi arma"...
Vino y besotes

calle quimera
calle quimera dice:
09/09/2008 02:18

Me ha gustado particularmente esta frase: " porque no hay sabiduría más profunda que la risa: esa que nos obliga a cerrar los ojos y a soñar que somos". Yo creo que cuando más somos, precisamente, es cuando reímos, cuando con nuestra risa brotamos de lo más profundo de nuestro interior nosotros mismos...

Genial lo de la caja negra, niña. Lástima que no se pueda abrir antes de vernos como la protagonista del relato; si pudiera ser antes, la cantidad de quebraderos de cabeza que nos ahorraríamos....

Besote, guapa.

Mamen
Mamen dice:
10/09/2008 10:36

Aquí me tienes Victoria, esperando el siguiente capítulo y mordiéndome las uñas. ¿Para cuando?

Un besazo.