Vivir o morir
Recuerdo aquellos días que pasamos
alimentando el fuego:
jugábamos a ser dioses
que inventaban el mundo.
Nos iba a salir bien.
Y recuerdo, también, la voz mojada
de aquella amiga
una tarde de lluvia, en La Moneda:
Ten cuidado, Rafa. Si la conoces
ya nunca más podrás querer a nadie.
Y yo que he sido torpe, fiel, urgente,
no dejé de leerle cada noche
un capítulo del libro que fue nuestro.
... pero si no la conoces
quedarás para siempre atrapado
en ningún sitio.
Así vivía
las noches que pasamos junto al lago
reinventando la Historia,
reescribiendo la vida,
disfrazando de verdad la verdad que me consume.
alimentando el fuego:
jugábamos a ser dioses
que inventaban el mundo.
Nos iba a salir bien.
Y recuerdo, también, la voz mojada
de aquella amiga
una tarde de lluvia, en La Moneda:
Ten cuidado, Rafa. Si la conoces
ya nunca más podrás querer a nadie.
Y yo que he sido torpe, fiel, urgente,
no dejé de leerle cada noche
un capítulo del libro que fue nuestro.
... pero si no la conoces
quedarás para siempre atrapado
en ningún sitio.
Así vivía
las noches que pasamos junto al lago
reinventando la Historia,
reescribiendo la vida,
disfrazando de verdad la verdad que me consume.