Sobre el Diario íntimo

Cuando comencé a escribir este blog, imaginé un Diario a medio camino entre el cuaderno de lecturas y el Diario íntimo. Es difícil llevar un Diario íntimo. Lo es llevarlo uno para sí mismo. Hay mucho que afrontar y escribir el pensamiento es, además de un atrevimiento, una manera de vivirlo que no siempre es fácil de asumir. Para eso está la Poesía. Cuando escribo Poesía, me está permitido todo excepto mentir. Lo leí en el prólogo de uno de los libros de Rafael Adolfo Téllez cuando citaba a Herbert. Si escribo un Diario íntimo y miento, ¿para qué escribo? ¿A quién estoy tratando de engañar y de qué? Es cierto que algunos de los que presumen de ser de los mejores prosistas de nuestro país, escriben Diarios íntimos y mienten en ellos constantemente. ¿Qué es mentir? En este contexto, mentir es no ser sincero. No tiene nada que ver con la verdad o la no-verdad, sino con esa otra idea que es la verdad pactada. El problema de pactar las verdades es que seamos conscientes de que estamos mintiendo. Otra cuestión es creérselo. ¿Pactamos las verdades y nos las creemos? Espero no incurrir en ello. Prefiero poder levantarme cada mañana sabiendo quién soy. Lo que es, es. ¿Y lo que no es? ¿Es también? Algún día espero poder responder a esta pregunta. Mientras tanto, iré retomando la idea original que me movió a comenzar este blog. Escribiré todos los días "”excepto por fuerza mayor"” e iré asumiendo ser quien soy. Se lo debo a ella, que lee cada mañana y cada noche "”para empezar y terminar el día"” mis poemas.