Salir de aquí
Voy a tener que salir de aquí. Estoy cansado y la música no me gusta. Hace años que repito una canción que no existe. Nadie más lo sabe porque nadie me escucha. Busco algo en lo que apoyarme, algo en lo que creer. Pero no creo en nada ni en nadie. No sé si todos están decepcionados conmigo. Yo no veo a nadie. Ya no siento a nadie. El temor. El agua. Perros que ladran a la luna. No todo estaba tan mal. Siempre se me dieron mal las alturas, los espacios vacíos, pero ya no es sólo eso, ahora también es el agua. Me cuesta respirar cuando toso y toso casi siempre: si me muevo, si como algo, si cambio de postura. Si respiro, me duele.
Antes sí creía. Era un buen nadador. Ganaba mucho en los virajes. Los cambios de sentido se me daban bien. Era un ciudadano del mundo, porque creía en el mundo. El mundo líquido o el mundo sólido. Todos me complacían. No sé por qué te extraña que mi voz suene triste. ¿Qué esperabas? Te fuiste y me dejaste. Te inventaste historias que me culpaban a mí. Sí, yo era el culpable de todos los males. Cuando algo te incomodaba, tú le dabas la vuelta. ¿Has matado y yo soy el culpable? Sólo queda la tristeza. Los mares, los abismos.
Antes sí creía. Era un buen nadador. Ganaba mucho en los virajes. Los cambios de sentido se me daban bien. Era un ciudadano del mundo, porque creía en el mundo. El mundo líquido o el mundo sólido. Todos me complacían. No sé por qué te extraña que mi voz suene triste. ¿Qué esperabas? Te fuiste y me dejaste. Te inventaste historias que me culpaban a mí. Sí, yo era el culpable de todos los males. Cuando algo te incomodaba, tú le dabas la vuelta. ¿Has matado y yo soy el culpable? Sólo queda la tristeza. Los mares, los abismos.