Rafael Suárez Vargas
... mi abuelo.
Es aún muy pronto para escribir. Pero recuerdo momentos de felicidad estas últimas semanas cuando iba a verlo con mi padre. Él siempre nos recibía con una sonrisa. Recuerdo también que a veces gritaba un nombre: Pepita. Lo gritaba emocionado. Pepita es mi abuela, que falleció por estas fechas el año pasado. Quiero pensar que ya están juntos.
No hay nada más importante. Nada.
Esto no tiene vuelta de hoja. Lo siento mucho, de verdad. Pero queda la memoria, que todo lo preserva. Eso nos absuelve a los vivos y a los muertos.
Un abrazo grande.