Nacho Vegas en Sevilla
If songs were lines in a conversation
The situation would be fine.
(Nick Drake)
Con estas palabras de Nick Drake a pie de una foto de C. S. Ulla, no sé si propia o de su archivo, de uno de los lugares más hermosos que conozco (la iglesia y la playa de San Lorenzo, en Gijón) nos presenta Nacho Vegas su primer disco en solitario: Actos inexplicables (Limbo Starr, 2001). No sé si es su mejor trabajo, pero sí desde luego están en él algunas de sus mejores canciones: Al norte del norte, El camino, Que te vaya bien, Miss Carrusel y, desde luego, El ángel Simón. Quien quiera conocer al mejor músico y letrista español de los últimos tiempos, tendrá que empezar por este disco.
httpv://www.youtube.com/watch?v=VraMizgVdkk
En el trío perfecto que realizan esta canción, la cita de Nick Drake y la foto de C. S. Ulla podemos encontrar todo Nacho Vegas. La ciudad de su infancia y primera juventud, el músico inglés que murió tan joven después de haber dejado tres de los discos más impresionantes de la historia de la música pop y la canción que dedica a su padre. No hay que desentrañar los poemas ni las canciones. Si desean saber la intrahistoria de esta letra, pueden hacerlo leyendo su libro Política de hechos consumados (Limbo Starr, 2006).
Con estos preliminares que ya casi se pierden en la historia de uno mismo ya podrán suponer que el cancionero de Nacho Vegas ocupa uno de los lugares favoritos en el tiempo de uno que escribe estas líneas. Sus discos anteriores con Manta Ray o como Diariu.
O su primer disco firmado como Nacho Vegas, con la fantástica Aroah, Seis canciones desde el norte, el ya citado Actos inexplicables, y los posteriores Miedo al zumbido de los mosquitos, Cajas de música difíciles de parar, Canciones desde palacio, El hombre que casi conoció a Michi Panero, Desaparezca aquí, El género bobo, Manifiesto desastre o sus colaboraciones con Burnbury y Christina Rosenvinge hacen de su obra, ya digo, un faro al que hay que acercarse para saber que si nos estrellamos no estamos solos. Lo cierto es que cuando conocía a alguien me gustaba descubrir que le gustaba Nacho Vegas, como a los personajes de esta bonita historia. Los hacía así más míos. Creo recordar que yo mismo he vivido alguna historia parecida. ¿Quién era yo, él o ella? Eso no lo recuerdo.
httpv://www.youtube.com/watch?v=Mh-QRfNCVjE
Así llega a mis manos, previo pago de su importe, La zona sucia. Lo primero: me quedé un buen tiempo mirando la portada de Adolfo P. Suárez. No es como pensaba un lugar concreto, sino el lugar de la pesadilla, la zona sucia de una ciudad. Se pueden ver figuras que nos llevan a Gijón, también a Madrid. Yo, incluso, pensé en algún rincón de Nueva York.
Los temas de La zona sucia recogen el momento en que ha finalizado o, en algunos temas, se ve que va a finalizar un relación de pareja. Es fácil imaginar el estado del músico en la ruptura. Es la zona sucia de la vida. Ayer, en el concierto que nos ofreció en el Teatro Central de Sevilla, nos ofreció los temas de este disco. Hubo algunos clásicos. Hablando de Marlén, Martiny Dry S. A., una interpretación que nunca falta ni defrauda de la versión de la Canción del extranjero, de Leonard Cohen, a la que le faltó esta vez la rubrica final: "Con todos los respetos, señor Cohen.", y algún tema más que ahora no recuerdo.
httpv://www.youtube.com/watch?v=D12oREnHz5M
La banda era fantástica: al clásico Xel Pereda, compañero en tantas aventuras (pienso ahora en Lucas 15, a los que pude oír en un estado etílico lamentable en Gijón, junto a Miguel Rojo, mucho más adecentado que yo), Manu Molina, Luis Rodríguez (que creo que también estaba en Lucas 15, no estoy seguro) y Abraham Boba, otro de los autores que se están haciendo imprescindibles con su carrera en solitario. ¿Hay muchas bandas en España que suenen incluso mejor en concierto que en los discos? La versión que sonó de El mercado de Sonora hace que este tema gane muchos enteros, el clima de peligro, los acordeones y teclados de Abraham Boba, las guitarras, laúdes y banjos de Xel Pereda, los acompañamientos de Luis Rodríguez al bajo y de Manu Molina a la percusión...
A algunos nos hubiera gustado escuchar algunos clásicos. Era la tercera vez que lo veía en Sevilla y siempre había hecho un recorrido por toda su carrera. Pero fue la noche de La zona sucia. No sé si algunas de estas canciones pasarán a formar parte de mi imaginario particular. Las que veo que más recordaré son: Cuando te canses de mí, que es el típico primer tema de sus últimos discos, más pegadizo y que te lleva a empezar la historia con buen sabor de boca. Y esto es así aunque la historia sea triste. También es la canción con la que abrió el concierto. La escucho y no, no es demasiado alegre: "Me decías lo que media / entre tú y tu soledad / es un trecho que no puedo abarcar." Incendios podría estar dirigido al mismo tú (realmente parece que es así en casi todo el disco), y ese tú parece reconocible. Aparece un tercero, también reconocible.
Y escuché todas esas historias sobre incendios que acaban bien,
recorrí todos esos caminos que debió recorrer algún día él,
releí uno a uno sus libros buscando pistas en ellos
y en cada una de sus páginas he acabado encontrándote.
Lo que comen las brujas. "Leche, galletas y a ti." Es la canción más lograda musicalmente. Pero el tema que prefiero estos días del disco es el que terminó el concierto: Taberneros. Con un estribillo muy a lo popular, que recuerda a Lucas, 15 y la voz del Nacho Vegas que más me gusta. Es curioso: nos gusta que el artista (el músico, el poeta, el pintor) sufra. Y desde ese sufrimiento, nosotros alcanzamos una parte de la felicidad. Yo también he sentido "que lo que hice ya no puedo deshacerlo". Yo también "creí que nuestro amor era infinito". Y "ahora sé que lo único inagotable es esta insoportable pena". Las canciones de Nacho Vegas son como la vida. Por eso nos gusta tanto.
httpv://www.youtube.com/watch?v=iht-BSEfZac
Oh, me lo perdí. Yo lo vi hace un par de años, o tres, con Rosenvinge, pero ya está...