Lena Horne. Stormy weather.

Hace muchos años, cuando en la tele se podían seguir películas buenas, vi Stormy weather de Andrew L. Stone. Verán: no me pareció una película especialmente notable, pero el personaje principal, Selina Rogers interpretada por Lena Horne, me emocionó como pocas veces había pasado antes. El reparto era mayoritariamente de raza negra, algo que tampoco se podía decir que fuera frecuente. Estamos hablando de una película de 1943. Y además de la propia Lena Horne incluía a Bill Bojangles Robinson, al gran Cab Calloway o a Fats Weller.


Además de los números musicales y la voz y la belleza espectacular de Lena Horne, la película ofrecía poco. Aunque estarán de acuerdo que este poco es mucho, y el tema final, el que da título a la película, se me quedó grabado a la memoria para siempre. Recuerdo que busqué todas las versiones de la canción. Y sí, es cierto que Ella Fitzgerald hace oro de todo lo que toca, Billie Holliday siempre da una nota más alta y la hermanita de Rufus, Martha Wainwright, pisa fuerte, pero para mí siempre estará antes la versión de Horne.


Hoy me entero leyendo El País que Lena Horne falleció el pasado domingo. Había nacido en 1917, tenía pues noventa y dos años. Y fue una luchadora por los derechos de igualdad de su raza. En uno de los artículos de su último libro, Conget escribía que para llegar al estado actual de las cosas, en el que era posible triunfar en Hollywood siendo negro, habían tenido que pasar muchas situaciones lamentables. La carrera de Lena Horne, sin duda, fue una de las grandes damnificadas. Nadie duda que hoy sería una gran estrella. Pero lo cierto es que para mí siempre lo fue, lo es y siempre lo será. ¿Alguien lo duda?