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El extranjero

 

 

Cuando Albert Camus desea retratar la figura de Meursault, el protagonista de El extranjero, el primer paso que da es romper todo vínculo con su infancia y, en su caso, matar a la madre del protagonista. La infancia, como ya nos enseñaron tantos poetas y algunos de los mejores cineastas, es nuestra auténtica patria. Cuando Almasy, el personaje protagonista de El paciente inglés quiere contarle a K cuándo fue feliz, lo hace mostrándole la nana que le cantaba su nodriza húngara para acompañarle en el sueño, aunque es poco probable que esta cantara como Marta Sebestyen. Todos nos imaginamos a los Machado, a ambos, jugando a la sombra de cierto limonero, sin saber aún que iban a cambiar la historia de nuestra literatura. E incluso el propio Luis Cernuda, que luego tantas veces renegaría de la ciudad que le vio crecer, debió haber sido feliz en el paraíso de su infancia. Yo mismo me he sentido un privilegiado con mi otoño y primavera sevillanos y mi verano e invierno grancanarios, pero si me preguntaran por el lugar donde he sido más feliz tendría que responder que en la biblioteca de mi padre. En algo me tendría que parecer a Borges, a Borges y a tantos otros. Quizás Faulkner llegó demasiado pronto, pero siempre en su momento justo Cortázar, Vargas Llosa, Carpentier... Bryce Echenique. Yo soy Martín Romaña.

 

A partir de ahí siempre fui un extranjero. No sólo en Sevilla. Allí donde he ido sólo me he sentido parte del lugar cuando me he adentrado en las bibliotecas y discotecas de mis amigos. Recuerdo también la colección de vinilos de mis padres sobre jazz. Allí empecé a tenerle miedo al saxo. ¡Un miedo que me atraía tanto! Coltrane, Parker, Getz... los maestros. Miedo a lo que sale tanto de tan adentro y miedo también a que pudiera hacerme entender tantas cosas sobre mí. Miedo a que todos descubrieran que yo sí era un extranjero. En mi propio país, en mi ciudad, en mi casa.

 

Ahora, tantos años después, he desarrollado un sentido que me lleva a encontrarme con personas que sienten esa misma circunstancia en sus vidas. Personas que igual nunca han oído hablar de Meursault, pero que ya llevan cicatrices en su cuerpo de una vida que les ha llevado de aquí para allá. Extranjeros que aún creen que sólo lo son en un lugar determinado. Otros, en cambio, ya saben que no es cuestión de lugares, sino de uno mismo. "¿Quién habla de victorias? Sobreponerse es todo." Como dijo el alemán que también fue un extranjero allá donde fue. Quizás donde menos lo sintió fue en Andalucía, en la Sierra de Ronda, paradojas del destino que a veces parece que pretende reírse de nosotros. Y lo consigue.

 

Ahora que todos en España reivindican la "patria" y la bandera, y nos dan continuamente lecciones de lo que es ser buen español, yo prefiero recordar lugares donde pasé los momentos más hermosos, como el descubrimiento del Bósforo: el Bósforo es mi patria. Mi patria son las islas: las Canarias, desde luego, donde me ha pasado todo lo mejor y todo lo peor. Mi patria es Kenneth Branagh diciéndole a Wynona, en Celebrity, que siempre la ha amado, incluso antes, mucho antes, de haberla conocido. Mi patria es Nacho Vegas cantando que "eres tú, mi amor, la única extranjera", traduciendo casi literalmente los versos de Leonard Cohen. Mi patria es José Luis Piquero cuando escribe, en El fin de semana perdido, que "Después de haber amado así, la muerte/ no me tendrá del todo." Mi patria son mis padres diciéndose cada día cuánto se quieren desde hace cincuenta años, y acaparando esa parte de amor que ya no tengo. Mi patria son sus ojos: los más tristes, los más hermosos que conozco.

 

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Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
17/12/2009 02:32

Creo que tienes una patria: con todo eso se puede hacer una patria. Ahora bien, nunca dejarás de ser un extranjero. Pero supongo que eso ya lo sabes.
Bienvenido al mundo de los blogs y un fuerte abrazo:
JLP

PACO HUELVA CALA
PACO HUELVA CALA dice:
18/12/2009 23:17

Rafael, bienvenido a esta casa común.
SALUDOS

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
19/12/2009 21:05

Gracias, José Luis, por todo.
Gracias, Paco Huelva, por el recibimiento.
Espero que os encontréis aquí como en vuestra casa.

MANUEL RUBIALES REQUEJO
MANUEL RUBIALES REQUEJO dice:
19/12/2009 21:32

Te lo confieso, me he sentido muy identificado con tu artículo, he anidado en tantos "mundos", en tantas emociones, que ya no sé de donde soy, pero ya ni siquiera me importa, lo que cuenta es lo que se lleva en la mochila. Un artículo inagural delicioso.
Bienvenido. Un abrazo, de extranjero a extranjero.

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
30/12/2009 22:19

Manuel: encantado de conocerte desde aquí. Gracias por tu amable recibimiento y por tu bienvenida. Me alegro de que te haya gustado el texto y que te hayas sentido reflejado en él. Muchas gracias.

Agustin Maria Garcia Lopez
Agustin Maria Garcia Lopez dice:
31/12/2009 13:41

Rafael:

Me suelo mirar en el azogue de las mágicas bibliotecas, a veces "in partibus infidelium". En mi libro Ninguém, aparece un brevísimo fragmento que guarda ciertas concomitancias con tus reflexiones:

Ninguém
habita um livro

Nadie
vive en un libro.

Un abrazo de
Agustín.

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
31/12/2009 19:33

Agustín: gracias por alimentar con tu comentario este blog, en el que espero que te encuentres como en tu casa. Tu casa, que es esa magnífica revista digital, Tinta China, que diriges junto a David González Lobo.
Muchas gracias.