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El año que soñamos peligrosamente, de Slavoj Zizek

PENSAR EL PRESENTE


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El año que soñamos peligrosamente
Slavoj Zizek
Trad. por Antonio José Antón Fernández
Akal
ISBN: 978-84-460-3828-3
182 págs.
Madrid, 2013
12 euros

Los que intentamos comprender lo que está pasando en el mundo estos últimos años tenemos, hace ya algún tiempo, un secreto inconfesable a nuestro alcance: los análisis casi siempre certeros del pensador esloveno Slavoj Zizek. Y se trata de un secreto "a voces" especialmente valioso porque Zizek no para de producir libros, a la vez que da cursos y conferencias y colabora en documentales y películas. En España ha asumido el grueso de la edición de sus libros la editorial Akal, de la mano de su traductor y no sabría si decir biógrafo o estudioso o ambas cosas al tiempo, Antonio J. Antón Fernández, que es el reciente autor de Slavoj Zizek. Una introducción (Sequitur, 2012) y firma casi todas sus traducciones para Akal, suya también es esta última de la que ahora nos ocupamos: El año que soñamos peligrosamente. No es asunto baladí, ya que estos últimos años hablamos de un libro al año, y este último, originariamente del pasado 2012, ha salido sólo unos meses después del anterior, el recientísimo también y de título casi apocalíptico, Viviendo en el final de los tiempos.

Claro que teniendo aún tan cercanos los ecos de 2011, y tras algunos trabajos casi periodísticos o pseudos-improvisados sobre lo que ocurrió en Nueva York con. el movimiento Occupy Wall Street, o en El Cairo, en la plaza Tahrir, o en Madrid, con el 15M en la Puerta del Sol, comenzaba a echarse de menos un análisis más organizado y más fundamentado de lo que allí pasó, cómo se gestionó y sobre si fueron actos sin más efectos en el tiempo o, si por el contrario, debemos esperar que hayan sido el germen de algo que esté por llegar. Ese es el lugar que viene a ocupar Zizek con El año que soñamos peligrosamente.

No nos engañemos. Slavoj Zizek tiene una trayectoria y unas bases ideológicas muy firmes, asentadas en el marxismo a la manera de su verdadero maestro, el psicoanalista francés Jacques Lacan. Y todo su trabajo parece enfocado a reescribir a este último en estos tiempos o a la manera de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Y para ello ha escogido fundamentalmente dos objetos de estudios: el tiempo Real, lo que ocurre en la calle, y el Simulacro de ese tiempo Real, que Zizek, como su maestro Lacan, veía en el cine. Y escribo "veía" porque ahora escribe en el magnífico capítulo dedicado al análisis de la serie The Wire y, mas concretamente a la colaboración entre nombres reconocidos del cine y la productora de la serie (la norteamericana HBO): "Las razones no eran simplemente comerciales. La colaboración también representaba la forma naciente de un nuevo proceso colectivo de creación. Es como si el "Weltgeist" hegeliano se hubiera desplazado del cine a las series de televisión, aunque todavía busca su forma. La "Gestalt" interna de The Wire no es de hecho la de una serie; el propio Simon se refiere a The Wire como una única película de sesenta y seis horas de duración. Es más, The Wire no es solamente el resultado de un proceso creativo colectivo, sino algo más: abogados reales, drogadictos, policías, etcétera, interpretaron papeles ellos mismos..."

De hecho, el título del libro que nos ocupa nos recuerda al de la película de Peter Weir, El año que vivimos peligrosamente. El problema es que en castellano el verbo "soñar" cambia el significado del sintagma. Sería más correcto, pero mucho menos evocador, haberlo dejado como aparece, de hecho, en la página siete: "Fue el año en que soñamos peligrosamente." Y sí, porque muchos tenemos la sensación de que el conjunto de hechos que acaecieron ese año, la primavera árabe, el movimiento Occupy Wall Street, los disturbios de Londres, y todo lo acaecido en Grecia y en España, fueron un sueño que podía haber cambiado el mundo y, al menos de momento, no ha sido así, o no ha sido como deseábamos sino más bien todo lo contrario. ¿Por qué ha sido así? ¿Es posible pensar en un cambio real a mejor que aún esté por venir? A tratar de responder estos interrogantes decisivos dedica Zizek las ciento ochenta y dos páginas de este volumen que ya de entrada considero imprescindible en cualquier biblioteca de pensamiento crítico.

Para ello el autor comienza haciendo "una breve descripción de las características del capitalismo actual", con la ayuda de los últimos libros de autores tan reconocidos, en la línea del pensamiento marxista del autor, como Fredric Jameson, Jean Claude Milner, Alain Badiou o Toni Negri. Continúa trazando los contornos de su ideología hegemónica, para lo que recurre a otro libro recientísimo y muy interesante, que es El minotauro global, de Yannis Varoufakis, que en España ha editado la editorial Capitan Swing, y posteriormente analiza los dos acontecimientos que fueron a su juicio los más relevantes de 2011: la primavera árabe y el movimiento Occupy Wall Street, y cómo hizo el capitalismo hegemónico para irlos desarmando y desmantelando todo su previsible capital simbólico, para así caer por su propio peso. Es fácil no estar de acuerdo con muchas de las afirmaciones que se hacen en este libro, más por razones morales, valga el oxímoron, que por lo que Kant llamaba el "uso público de la Razón", que se supone que es a lo que debemos tender, si realmente queremos hacer de este mundo algo más justo. Esto es lo que pretende el autor, no sólo con este libro, desde luego, pero por la proximidad y notoriedad de los hechos a los que hace referencia, es una buena puerta de entrada al pensamiento de Slavoj Zizek, uno de los autores más interesantes y reflexivos de nuestro tiempo.

archivado en:
Juan
Juan dice:
15/10/2013 21:06

Creo haber leído o escuchado a Zizek decir que este es tiempo de pensar más que de actuar, que se "tuvieron prisas" en el siglo pasado. Ahora también las hay. Es normal por el cabreo más o menos generalizado. Qué pensaría Lenin si viviera hoy. Y, por tanto, qué hubiera propuesto. Repetirlo sin repetirlo, ya sabes.

Juan
Juan dice:
15/10/2013 21:10

Claro que el libro que propones no lo he leído. Habrá que hacerlo y ver si hay algo nuevo.

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
16/10/2013 23:14

Él escribe en el libro algunas cosas que no he escrito: la principal de ellas, que el principal problema es el miedo absurdo de los "manifestantes" o "revolucionarios" a ser identificados con comunistas. Obvio que Zizek es comunista y para él esa sería la única alternativa posible a "lo que hay" (el modelo hegemónico capitalista).
En "Viviendo el final de los tiempos" (el libro que se publicó en España anterior a este) escribió, en efecto, que no es tiempo de actuar, sino de pensar y estudiar. Aquí lo que sí afirma es que hay que decir que no estamos de acuerdo con lo que hay, sin necesidad de ofrecer una alternativa, que es lo que ha desarmado a algunas de estas protestas. Pienso, por ejemplo, en OWS, donde personajes infames, como Clinton (Bill), arenga a los manifestantes diciéndoles que sí, que él también está de acuerdo con que hay que mejorar algunas cosas, pero qué alternativas aportan para hacerlo. En España, teníamos a un gran pensador, Agustín García Calvo, que siempre decía que había que decir "que no".

Rafael Suarez Placido
Rafael Suarez Placido dice:
16/10/2013 23:43

Precisamente, el ejemplo que puso Zizek de ese saber esperar y prepararse para cuando sea el mejor momento, en Viviendo el final de los tiempos, era del propio Lenin.