Dominique A en Sevilla
Al respecto de su último trabajo discográfico, La Musique, dice Dominique A, en la fantástica entrevista que le hace Jesús Lillo en ABCD: El título suena pretencioso, ya lo sé, pero cualquier músico que hace un disco o se sube a un escenario debe ser ambicioso.
Doy fe de ello, como lo podríamos hacer cualquiera de las más de setecientas personas que llenábamos el lunes, 18 de marzo, el teatro Lope de Vega. Cuando Dominique Ané ocupa el escenario lo hace de verdad. Con su negro impecable de siempre, sus guitarras y, en esta ocasión, una banda fantástica, comienzan a sonar las notas de "Le sens", la canción que abre su último álbum. La voz potente, dominante, aunque con aires melancólicos que nos evocan sus mejores temas, se adueña del tiempo y del espacio. A esta sensación se unen sus gestos y sus movimientos de manos, especialmente la derecha que marca el compás aserpenteado: sensualidad y belleza.
Asistimos al concierto un grupo de amigos: Eva, que tiraba de nosotros con uno de esos arrebatos de entusiasmo que la hacen única e irrepetible; José Luis, que llevaba años deseando asistir a este concierto y Francisco, que se encontró con un bello regalo inesperado que tardará mucho en olvidar. Yo ahora pienso que si Dominique conociera a José Luis y sus poemas, seguramente querría conocerlo también y versionar alguno de sus textos.
Comencé a escuchar a Dominique A hace algunos años: no recuerdo cuántos, pero sí que entónces iba siempre acompañado de Franí§oiz Breut que era su pareja. Yo los escuché juntos en "Le twenty two bar", y todavía sigo entusiasmado con esa canción. Pero no tanto con la versión oficial, la del disco La Mémoire Neuve, como con esa otra que encontré, por azar, de un concierto en Estados Unidos con los componentes de Calexico. Recuerdo que estaba mal grabada y sonaba mal, pero aun así me encantaba, sobre todo la parte de Franí§oiz. Era como ella es siempre: ingenua y sensual a la vez. Hace unos meses pude verla sobre el escenario en el South Pop de Sevilla: sin palabras. Y movía la mano derecha como Dominique A.
El concierto del lunes fue fantástico. En la primera parte fue desgranando las nuevas canciones de La Musique. Me gusta sentir que es un autor ambicioso. Se nota. Cada vez suena mejor. Algunos se quejan de que cambia en todos los discos. A mí me parece bien. No quiero que cada disco suene como el anterior, aunque en esta ocasión no me hubiera importado, porque el anterior, L"horizon, es su disco que más veces he escuchado. "L"horizon" es también una de sus mejores canciones. El momento más bonito de esta primera parte del concierto fue "Hasta que el cuerpo aguante", una especie de himno que tendremos que acuñar todos los que sentimos que hay que vivir cada minuto del día.
Supongo que Dominique A no tiene la culpa de que se hubiera acabado la cerveza en la cafetería del teatro. Supongo que tampoco mi admirado Antonio Álamo será el responsable del desaguisado. En realidad, lo único que no me gustó demasiado fue el sitio escogido para el concierto. Era complicado permanecer sentado en las butacas. Sé que el teatro tampoco es el culpable de nada. No sé a quién se le ha ocurrido el lugar, quizá sea porque tampoco hay en Sevilla una sala donde poder llevar conciertos como este. Es una vergí¼enza. Una vergí¼enza que, de alguna manera, disculpa que a mi lado: primera fila a la derecha, se sentará la chica más bonita que he visto en mucho tiempo. ¡Y le encantaba Dominique A! ¿Quién dijo que no se podía tener todo?
En realidad, la segunda parte del concierto fueron los bises. Es lo tradicional. Fueron siete canciones que hicieron un recorrido por sus temas más populares. Alguien pedía "Antonia". Él dijo que no, que "Antonia" en este concierto no. Alguien le recordó, con oscuras intenciones, el título de uno de sus temas: ¡Hasta que el cuerpo aguante! Él respondió sonriente: Bueno... Es sólo una canción. La segunda tanda de bises fue colosal: "Le twenty two bar" y "Pour la peau". Las guitarras del propio cantante y del músico joven al que llamaba Tomás recordaban algunos de sus primeros discos. "Pour la peau" me parece que es otra de sus mejores canciones. Al final, los aplausos. Él dedicó el concierto a Rafa López, Rafa "Green Ufos", el responsable ejecutivo de todo lo bueno que pasó aquella noche. Algunos todavía estamos degustando las músicas y los silencios del momento.
http://www.rtve.es/mediateca/audios/20100115/entrevistas-acusticas-dominique-a-hoy-empieza-todo/669248.shtml
He encontrado esta grabación de las Entrevistas Acústicas de Radio 3, donde Ángel Carmona nos ofrece al mejor Dominique Ané, esta vez a solas y en acústico. Los temas que canta en directo son de La Musique: "Le sens", "Inmortels", "Le bruit blanc de l"eté" y "Hasta que el cuerpo aguante". Me hizo gracia cuando el locutor dijo que Miguel Ríos viene a ser "como Johny Halliday."
En la fantástica entrevista que le hace Jesús Lillo en ABC dice: Escribir una partitura no es lo mismo que hacer música. La música está al final del camino, pero el camino es largo... Es algo similar a lo que quería transmitir con L"horizon, algo imposible de alcanzar.
A veces no es imposible llegar al final de ese camino.
Doy fe de ello, como lo podríamos hacer cualquiera de las más de setecientas personas que llenábamos el lunes, 18 de marzo, el teatro Lope de Vega. Cuando Dominique Ané ocupa el escenario lo hace de verdad. Con su negro impecable de siempre, sus guitarras y, en esta ocasión, una banda fantástica, comienzan a sonar las notas de "Le sens", la canción que abre su último álbum. La voz potente, dominante, aunque con aires melancólicos que nos evocan sus mejores temas, se adueña del tiempo y del espacio. A esta sensación se unen sus gestos y sus movimientos de manos, especialmente la derecha que marca el compás aserpenteado: sensualidad y belleza.
Asistimos al concierto un grupo de amigos: Eva, que tiraba de nosotros con uno de esos arrebatos de entusiasmo que la hacen única e irrepetible; José Luis, que llevaba años deseando asistir a este concierto y Francisco, que se encontró con un bello regalo inesperado que tardará mucho en olvidar. Yo ahora pienso que si Dominique conociera a José Luis y sus poemas, seguramente querría conocerlo también y versionar alguno de sus textos.
Comencé a escuchar a Dominique A hace algunos años: no recuerdo cuántos, pero sí que entónces iba siempre acompañado de Franí§oiz Breut que era su pareja. Yo los escuché juntos en "Le twenty two bar", y todavía sigo entusiasmado con esa canción. Pero no tanto con la versión oficial, la del disco La Mémoire Neuve, como con esa otra que encontré, por azar, de un concierto en Estados Unidos con los componentes de Calexico. Recuerdo que estaba mal grabada y sonaba mal, pero aun así me encantaba, sobre todo la parte de Franí§oiz. Era como ella es siempre: ingenua y sensual a la vez. Hace unos meses pude verla sobre el escenario en el South Pop de Sevilla: sin palabras. Y movía la mano derecha como Dominique A.
El concierto del lunes fue fantástico. En la primera parte fue desgranando las nuevas canciones de La Musique. Me gusta sentir que es un autor ambicioso. Se nota. Cada vez suena mejor. Algunos se quejan de que cambia en todos los discos. A mí me parece bien. No quiero que cada disco suene como el anterior, aunque en esta ocasión no me hubiera importado, porque el anterior, L"horizon, es su disco que más veces he escuchado. "L"horizon" es también una de sus mejores canciones. El momento más bonito de esta primera parte del concierto fue "Hasta que el cuerpo aguante", una especie de himno que tendremos que acuñar todos los que sentimos que hay que vivir cada minuto del día.
Supongo que Dominique A no tiene la culpa de que se hubiera acabado la cerveza en la cafetería del teatro. Supongo que tampoco mi admirado Antonio Álamo será el responsable del desaguisado. En realidad, lo único que no me gustó demasiado fue el sitio escogido para el concierto. Era complicado permanecer sentado en las butacas. Sé que el teatro tampoco es el culpable de nada. No sé a quién se le ha ocurrido el lugar, quizá sea porque tampoco hay en Sevilla una sala donde poder llevar conciertos como este. Es una vergí¼enza. Una vergí¼enza que, de alguna manera, disculpa que a mi lado: primera fila a la derecha, se sentará la chica más bonita que he visto en mucho tiempo. ¡Y le encantaba Dominique A! ¿Quién dijo que no se podía tener todo?
En realidad, la segunda parte del concierto fueron los bises. Es lo tradicional. Fueron siete canciones que hicieron un recorrido por sus temas más populares. Alguien pedía "Antonia". Él dijo que no, que "Antonia" en este concierto no. Alguien le recordó, con oscuras intenciones, el título de uno de sus temas: ¡Hasta que el cuerpo aguante! Él respondió sonriente: Bueno... Es sólo una canción. La segunda tanda de bises fue colosal: "Le twenty two bar" y "Pour la peau". Las guitarras del propio cantante y del músico joven al que llamaba Tomás recordaban algunos de sus primeros discos. "Pour la peau" me parece que es otra de sus mejores canciones. Al final, los aplausos. Él dedicó el concierto a Rafa López, Rafa "Green Ufos", el responsable ejecutivo de todo lo bueno que pasó aquella noche. Algunos todavía estamos degustando las músicas y los silencios del momento.
http://www.rtve.es/mediateca/audios/20100115/entrevistas-acusticas-dominique-a-hoy-empieza-todo/669248.shtml
He encontrado esta grabación de las Entrevistas Acústicas de Radio 3, donde Ángel Carmona nos ofrece al mejor Dominique Ané, esta vez a solas y en acústico. Los temas que canta en directo son de La Musique: "Le sens", "Inmortels", "Le bruit blanc de l"eté" y "Hasta que el cuerpo aguante". Me hizo gracia cuando el locutor dijo que Miguel Ríos viene a ser "como Johny Halliday."
En la fantástica entrevista que le hace Jesús Lillo en ABC dice: Escribir una partitura no es lo mismo que hacer música. La música está al final del camino, pero el camino es largo... Es algo similar a lo que quería transmitir con L"horizon, algo imposible de alcanzar.
A veces no es imposible llegar al final de ese camino.
Magnífico post y extraordinaria música, Rafa. Escribo mientras escucho la música de Dominique y es una gozada; uno tiene la sensación de elevarse, de estar conectado con otra dimensión... Y es que las obras maestras en cualquier género aportan ese entusiasmo, el de hacerte "creer" que puedes tocar algo más allá de lo que tienes a mano. Esa es la virtud del creador, hacer posible aquello que a simple vista parece irrealizable.
UN ABRAZO