"Ausencias e injerencias", por Miramamolín, el Moro.
Estoy como una botella bicéfala de cava. Burbujas. En mis andares por los desiertos he llegado a un río, por Tombuctú o por ahí, y me he podido quitar los tapones arenosos de ambas orejas. No han hecho ¡flop!, pero mi audición ha mejorado. Champán, ya digo.
He captado por el turboturbante que hubo una reunión en una taberna vasca, quizá sospechosas (la reunión y la taberna) de algo. Son lugares que me están vedados, que un moro en una taberna vasca daría pábulo a los acebes de la carcundia para toda clase de conclusiones surrealistas. Y peligraría mi seguridad. Una solemne folletá jugársela así.
El máster de árabe moderno ya casi lo he terminado, pero prolongo mi estancia por estos ergs y estas hamadas porque el ayuntamiento de Villafuentes de Perico me ha encargado un trabajo de campo, vía turboturbante, claro. Un moro que por allí pulula ha creído ser familiar mío y me ha enchufao, como si fuera del PDLT.
Resulta que el CNI no me paga excesivamente bien y lo he aceptado por el aquél del cuscús.
Objetivo del trabajo: determinar qué superficie del Sáhara puede ser peatonalizada, porque en Güerva se les acaba el terreno y a sus constructoras afines les pueden llegar las vacas flacas.
Y la verdad es que hay mucho espacio por peatonalizar. Y mucha arena para usar en la mezcla. Yo les voy a proponer que hagan una isletas en los mismos lugares que están los oasis, que planten jaimas en lugar de kioscos y, desde luego, que no despachen hamburguesas en ellas, salvo que sean de cordero, pollo o pavo. Nada de cerdo, que se la juegan, que no caigan en proyecciones psicológicas reflexivas. En el subsuelo pueden hacerse aparcamientos de camellos y dromedarios y, para que nadie diga, sobre el asfalto pueden poner unas palmeritas, si les sobra alguna en la plaza de las monjas.
No hay garajes, de modo que la cosa es más fácil que en las calles güervís.
Y no parece que vaya a haber mucha resistencia vecinal, ya que el lugar no es muy denso de población y, además, los tuaregs ya no son lo que eran. Las caravanas podrán seguir pasando, porque a los efectos del tránsito, un camello es como una persona: ni siquiera contamina tanto como ellas.
La mayor objeción al proyecto puede venir de los salvajes. Los salvajes del París-Dakar, esos pijos sinvergüenzas que restriegan su capacidad de derroche, su petulancia y su riqueza a los pueblos empobrecidos y destrozan todo lo que encuentran a su paso. Pero calculo que se entenderían con los promotores y constructores. Y si no, al tiempo.
Quiero conocer estos proyectos para poder ponerles toda clase de trampas y que fracasen. Por ejemplo, animar a quienes los promuevan para que “hagan el camino” por aquí que, como digo, hay muchas arenas y, cuando más confiados estén, les salgan otros romeros de otra religión del libro: ¿os imagináis? Supersticiosos frente a supersticiosos.
Ésa es una injerencia con clase y fundamento, no como las del Jefe de los Estados Pontificos, hoy Estado de la ciudad del Vaticano, y sus corte en los asuntos del estado español, vulgo España (o Españeta, que se dice en La Fiera Literaria):
Resulta inadmisible la dejación del concepto de soberanía que los políticos alternantes, PP y PSOE, hacen continuamente: ¿cuándo tendrán la dignidad de eliminar bases militares extranjeras, denunciar concordatos y ceñir las actividades supersticiosas al mundo privado?.
Lo del viaje anunciado a Valencia del “injeridor” Ratzinger es un insulto más -¿cuántos van ya?- al contribuyente español que, encima, corre con los gastos. ¿Porqué no paga quien invita?
Os animo a que, por ejemplo, os paséis por www.concordato.org y firméis para ir racionalizando la vida de ¡¡España!!
Mientras, yo voy haciendo el censo de las arenas.
¡Ah!, por cierto, Miramamolín. Imagino que no es casual que en tu escrito aparezca Tombuctú. En ese lugar, como imagino que sabes, hay muchísimos descendientes de andalusíes. Allí, además, están depositadas infinidad de vitelas y pergaminos -en el Fondo Kati-, que recogen cinco siglos de historia del pasado de Andalucía.
Estoy seguro de que una persona de tu ascendencia y longevidad conoce perfectamente estos hechos.
PACO HUELVA