ASALTEMOS LA NUEVA BASTILLA
Para dinamitar un sistema corrupto hay que introducir la carga en su base. De nada sirve exigir que los cuervos que anidan en su testa muten. Asaltemos la nueva Bastilla. Son los partidos y los sindicatos los que sostienen esta farsa democrática. Afiliación masiva y derrocamiento de la nueva nobleza. Si el resultado es una dictadura, usaremos el término correcto para lo que ya hay. Prefiero que las máscaras recobren su auténtico sentido carnavalesco. Ahora han invertido su papel. Son los hijos del capital los que se disfrazan de corderos democráticos para ocultar lo que realmente son, corruptos amantes del nuevo dios del infierno, el dinero.