1. Qué tiene que ver la New Age con el arte de vanguardia I
Adaptamos lo sonoro mediante aquello que no lo conforma. Verdi y los nuevos tiempos sonando a viejos. Ridículo. El noventa por ciento de nuestro mundo resucitando cadáveres. Acariciando las raídas estructuras de un lenguaje revolucionario hace trescientos años. Bach, Mozart, Beethoven, Chopin... están muertos, joder. Ya ni el jazz, que de lo popular evolucionó hacia el cromatismo y la atonalidad, es soportado. Como lo demuestra el rap, sólo queda el recitativo. El aria ha muerto. Y es que la música, si sigue latiendo, es contraria al protocolo. Hay que tener el valor de silbar, como a Wagner, a Mahler... Hay que tener el valor de quedar como imbéciles ante lo desconocido. No dar la espalda a lo que está más allá de lo que debe ser escuchado. Ver el rostro de Webern, de Nono, de Cage... Compren su música y, si es necesario, griten horrorizados. Así estarán vivos y la música dejará de ser odiada por los que la aman. ¿Y el pop, el rock, la new age...? Excelentes para aquellos que conservan la mente adolescente hasta el tanatorio. Yo, a veces, rememoro mis quince años. Yes, Genesis, Jethro Tull, Led Zeppelin, Cream... También Mozart, Bach, Mahler, Wagner... Es la suerte que tenemos. Toda la música a nuestra disposición; menos, claro está, la de los compositores de los siglos XX y XXI.