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3 - Música y compromiso (1986)

BREVE APROXIMACIÓN A UNA REALIDAD PROBLEMÁTICA: MÚSICA Y GUERRA CIVIL


Realidad problemática, sí; pero, a dos niveles. la Guerra y el deseo de olvido. La Guerra y la destrucción de una obra positiva. La Guerra y la tergiversación de los hechos. La Guerra y...


Europa no pasaba por uno de sus periodos de calma: Hindemith se declaraba alemán independiente, las radios italianas prohibían la radiodifusión de obras de compositores judíos, Toscanini y Bruno Walter decidieron no volver a Austria tras su unión con Alemania, Mendelssohn era olvidado en Leipzig y, a Wagner, se lo disputaba todo el mundo.


Mientras tanto, en España, un golpe de Estado se había transformado en una Guerra de casi tres años. Y, a pesar de todo, la música continuaba. Continuaba y en ascenso. Luego, el olvido.


Renau arremetía contra lo que impedía el progreso en la música: En el terreno de la creación y de la organización del Arte, la política del Estado, aún luego de instaurada la República, careció siempre de un cauce abierto y de un punto preciso de referencia. Las mejores inteligencias profesionales del Arte, las más despiertas y las más sanas, anduvieron siempre rondando los márgenes del Estado, cuando no, en los momentos de mayor lucidez política, al plantearse concretatamente la realización material, las ideas, los proyectos y las voluntades perdían las perspectiva de la acción en los laberintos oficiales de intereses creados, se estrellaban contra los obstáculos supervivientes que iban consolidando la vieja inercia burocrática. (1)


Luego, el sutil silencio: La otra voluntaria limitación es la dejar fuera de estas notas los libros publicados por españoles circunstancialmente ausentes en los países de la América de lengua española. Los mejores músicos y musicólogos de entre ellos han seguido trabajando con ahínco, y si de sus obras no nos ocupamos, se debe, por un lado, a la dificultad de información, y por otro, a que este trabajo obedece a un plan de conjunto del que queda excluida la producción fuera de nuestras fronteras, aunque sea en este aspecto tan importante como las de un Salazar o un Pahissa, un Torner o un Bal. Razones derivadas del mismo principio nos han aconsejado, encambio, incluir la referencia a estudiosos extranjeros que han trabajado en España y sobre temas hispánicos. Hubiera sido injusto, por ejemplo, silenciar los magníficos libros de un Santiago Kastner, a quien contamos, por derecho de amor y de conocimiento, como uno de los nuestros. (2)


Por último, Tomás Marco. La Guerra Civil sí influyó en el futuro de la música española. Simplemente, por la labor legislativa que la Guerra destruyó. Simplemente, por la sangría de músicos que la Guerra supuso. Simplemente, porque Rodolfo Halffter, Salvador Bacarisse, Julián Bautista, Roberto Gerhard... salieron de España.