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Y yo no escribo esto para nadie más

No me quejo del trabajo, eso no. Y con lo que me gusta. Pero a veces me proscribe tener más vida. Lamento mi prolongada ausencia. De todos modos, no tenía mucho que decir. Constatar, quizá, mi impotencia al ver como el gobierno ha culminado el proceso de arrojarnos a los leones y quitarnos nuestros penúltimos derechos. Fuera de eso, mi vida es muy poco interesante, comparada con la de Rajoy o la de Luis de Guindos: a diferencia de ellos, en este último mes yo no he arruinado la vida de nadie.
Hemos dado a la imprenta una interesantísima recopilación de los ensayos literarios de la poeta norteamericana Denise Levertov y una antología de relatos navideños y viajeros de Charles Dickens y William Wilkie Collins. Y nos disponemos a soltar al ruedo una selección (escogida por Auden, ahí es nada) de los pensamientos de Kierkegaard. Ya véis que la ausencia estaba justificada.
Tengo abandonados amigos y lecturas de amigos. Me he ayudado para ello de la excusa (muy cierta) del trabajo. Pero lo cierto es que no me veo capacitado ni con fuerzas ni con sensibilidad bastante para juzgar su literatura. Me abruma pensar que alguien confíe en mi criterio lector hasta ese punto, justo cuando yo mismo llevo un año sin escribir y sin tener ni idea de por dónde irá desde ahora mi poesía. Creo que para ellos y para mí haré un esfuerzo de lector. Tengo que salir de este bucle y quizá la solución sea leer a otros cercanos. Pero llevo dos meses haciendo cómodas relecturas de cosas inofensivas. Estoy aterrado ante el hecho de leer con implicación, y totalmente bloqueado.
No tengo defensas. Estoy exhausto. En algún momento he pensado que estaba al borde de un colapso nervioso. No será para tanto, supongo.
He vivido emociones. No estoy muerto, no me he vuelto piedra, por ahora. ¿Sería mejor una temporada de piedra, quizá?
¡Queridos míos, no estoy deprimido! Sólo que necesitaría algún tiempo para estar conmigo mismo, y no lo tengo. Pero así sabría estar mejor con los demás.
Para poder daros la lealtad que suelo exigiros y siempre me habéis dado.
archivado en:
rocio
rocio dice:
10/05/2012 03:26

Wilkie Collins...Sólo he leído "La Dama de Blanco" un par de veces, me encanta. Kirkegard fue una pesadilla cuando estudiaba filosofía en el instituto y no entendía su obra y tenía que hablar de ella en los exámenes, very heavy for me en aquellos tiempos de locura total. Hace calor y te encanta así que disfrútalo y llamadme si queréis venir al folcloreo el domingo con Evi , yo voy a ir con Belén. Y por si te sirve de consuelo, cosa que dudo, yo también me siento impotente.Y date un respiro que te lo mereces. Besos

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
10/05/2012 03:33

¿No me pediste hoy que escribiera en el blog? Pues ahí está, pero no tengo respiro que darme.
Salvo que quizá vayamos el domingo al folcloreo.
Si has leído "La dama de blanco" ya has hecho más que muchos.
Besos varios, bella.

Ernesto Frattarola
Ernesto Frattarola dice:
10/05/2012 11:37

Amigo,

Es que es imposible no confiar en tu criterio lector... Aun así, me importa más el amigo que el lector; me importa más el poeta que los poemas. Lo que tú necesites es lo bueno. Yo esperaré, con ilusión y con miedo y con esperanza, a que me cuentes -tómate tu tiempo- qué te parece lo mío.

Ah, y por supuesto, enhorabuena por tu trabajo.

Un abrazo fuerte, y otro para Eva

Ernesto

Santiago Bertault
Santiago Bertault dice:
11/05/2012 15:08

¿LLevas un año sin escribir? Sorprendido me encuentro. Más bien será que llevas un año que lo que escribes no pasa tu filtro de calidad. Un abrazo y espero que tu sequía como poeta acabe pronto.

gatoflauta
gatoflauta dice:
12/05/2012 03:04

Ánimo, hombre. La vida (y la literatura) tienen altibajos -si no los tuvieran, también sería aburrido-, pero son eso, altibajos. Yo he estado bastante más tiempo sin escribir (varios años), y he vuelto a hacerlo después. Todo llegará. Un poco de paciencia, sobre todo con uno mismo, es receta que puede ser útil.

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
12/05/2012 03:20

No me he explicado. No me preocupa no escribir. No creo que tenga obligación de hacerlo. No lo veo como un deber.
Tal como yo lo veo, estoy sufriendo las consecuencias de no escribir. Es como el yonki que no se mete. Quizá he sublimado la cuestión de la escritura, en la cual lo que menos importa son los poemas resultantes. Nunca he escrito para hacer poemas. Los poemas son el resultado no siempre esperado. Los poemas son la sangre de una herida que te haces sin querer.

Santiago Bertault
Santiago Bertault dice:
12/05/2012 07:50

Una buena reflexión que suscribo, en especial eso de:
"Los poemas son la sangre de una herida que te haces sin querer"
De hecho te voy a chorizar la frase citando tu autoría ;)

manu
manu dice:
13/05/2012 03:10

Te he echado de menos por aqui. Un abrazo grande grande .Resistiremos

Seneca
Seneca dice:
15/05/2012 02:03

¿Una selección de pensamientos de Kierkegaard por W.H.Auden?.
Por favor, si te acuerdas, cuando salga manda un mail con la referencia biliográfica completa.

A mí, claro. Un saludo!

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
15/05/2012 02:14

Amigo Séneca, cuando se publique, colgaré en el blog un recordatorio de que el libro se ha publicado, como siempre hago con mis traducciones. Me alegro de que te interese. No te decepcionarán la selección ni el prólogo de Auden.

Jorge Ordaz
Jorge Ordaz dice:
15/05/2012 19:53

Todo lo que en este tiempo has traducido tiene muy buena pinta.
Ahora a recuperarse y a cargar otra vez las pilas.
Saludos.

miguel rojo
miguel rojo dice:
27/05/2012 01:23

No te pongas así, joder... Volver a Leer el Gran Gatsby traducido por ti ha sido un impagable plasssssssssssser, y si me llamas como debes te contaré ciertas cosas que te harán feliz
MR

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
27/05/2012 01:32

Ah, es que uno no sabe dónde estás. ¿Has vuelto? Rujan las trompetas y bramen los tambores, que nuestro hijo Miguel nos ha sido reintegrado. Que se emborrache la nodriza y el consejero, que se graben pergaminos y el querido bufón nos haga una gracia nueva. Él ha vuelto. Y nos congratulamos. Bienvenido al verdadero Reino de Dios.