
Irónico y sentimental, dotado para el humor absurdo y siempre capaz de ver el reverso de lo cotidiano, Natxo Vidal (Monóvar, 1978) logra en "La niña que jugaba a la pelota con los dinosaurios" (Huerga y Fierro) un libro bastante insólito (algunos poemas llevan nota explicativa e ilustraciones) en el que se conjuga lo experiencial con las alusiones constantes a la cultura contemporánea, la literatura, la música y el cine. Os dejo con un breve poema de amor patriótico.
Tú eres
el único país que reconozco,
algo así
como un montón de mapas desplegados
encima de mi cama.
El hueco entre tú y yo,
cuando duermes conmigo,
la única tierra
que ansío conquistar.
Es poco práctico:
en ninguna embajada reconocen
tu visado. No pasa nada:
de todos mis amigos soy el único
que se mete en la cama
con un país entero.
vaya, y parece que le gusta nazim hikmet