Un poema de Javier Lasheras
QUINCE ROSAS
Yo soy prescindible y lateral, pero excesivo
hasta en la ceniza nocturna de mi cuerpo;
anda, mejor será que cuides de tus días
o una noche tus caricias de terciopelo
se volverán grillos y gusanos en tu cabeza.
Yo estoy desvelado y al acecho, curtido
en la manada sigilosa de los lobos;
piensa lo que quieras, que te quise o no,
pero abraza ese frío de tu angustia
y reza por tu vida todo cuanto sepas,
que yo me acabo en lo junto, lo único
por lo que corro hasta la muerte.
Porque soy sangre y puñal de heridas,
cree en mí, Dana, cree en mí y danza
sobre la hierba la dicha de este olvido.
a mi paécenme unos versos pésimos, la voz entumecida y torpe de dalguién negáu pa la lliteratura en cualaquier de les sos formes...mesmo cuido que firmar unes llinies asina había ser constitutivo de delitu...
ciégate l'amistá o el hash onubense, friend...