Teoría y práctica del desprecio
Naturalmente, hay un montón de gente que no conozco personalmente y a los que desprecio con todas mis vísceras. Yo qué sé: Bush, Aznar, Berlusconi, Fidel Castro... No creo ser el único.
Con menos culpa por su parte (porque la pobre no ha matado a nadie, que yo sepa), últimamente he sentido un enorme desprecio por una tipa a la que vi casualmente en un programa de televisión. No se sabe muy bien quién es: uno de esos seres que se reputan (me encanta esta palabra) por elegantes y glamourosos, tipo la Preysler o Nati Abascal, de cuyo grupo amical forma parte (aunque parece ser que se dedican a despellejarse unas a otras a más y mejor). Los presentadores del programa competían a ver quién era más servil y a hacerle la pelota a mansalva. Ella apenas hilaba unas cuantas frases incoherentes porque las operaciones de cirugía estética habían reducido su rostro a una máscara sin expresión y le costaba articular. El personaje me fascinó tanto que lo busqué por internet y encontré una joya.
Os paso el enlace. La señora sale de compras a una tienda mega-pija-guay y aprovechan para entrevistarla. No os perdáis cuando le preguntan por la crisis y suelta eso de que los pobres ya están acostumbrados y que quienes lo pasan peor son los ricos, que se ven de pronto en la tesitura de perder sus casas y tal y tal. ¿Y cuándo le preguntan cuántos armarios de ropa tiene y responde que armarios no sino habitaciones? ¿Cuántas?, pregunta la periodista. Contarlas es de mal gusto, contesta (o cosa parecida).
En fin, que cada cual decida si es digna de admiración o de desprecio. Ayer recordaba a una mujer maravillosa y hoy toca la otra cara de la moneda: http://www.youtube.com/watch?v=9tHgu8dqENo o mejor aquí (con subtítulos): http://www.dailymotion.com/video/x9k2ci_carmen-lomana-en-comando-actualidad_lifestyle
Esa señora es, simplemente, una sinvergí¼enza, sólo le deseo que un fornido proletario mileurista, sudoroso y grasiento, le eche un polvo en condiciones en el retrete de una gasolinera y en mitad del extasis coital, desencajada la faz, se le salten todos los puntos de la cirugia estética. Qúe asco de gentuza José Luís, y qué pena de Revolución Francesa.
Salud