Si vienes a Almonte
Si vienes a Almonte no dejes de comer en El Tamborilero. Según entramos, el propietario y cocinero, Rosendo, nos condujo a la cocina y nos mostró lo que había en sus fogones. Todo era tan apetecible que vacilamos. Entonces dijo, con tono autoritario: Id a sentaros, que os vais a comer lo que os ponga. Y obedecimos y fuimos felices y bebimos vino y un rayo de sol daba en la mesa y brindamos por la sabiduría de Rosendo.
Rocío y Pedro ejercieron de generosos anfitriones y no sé lo que hubiéramos hecho en Almonte sin ellos. Luego, en la Ciudad de la Cultura, un recinto que alberga las principales infraestructuras culturales de Almonte, Julio Flores Cala me enseñó la Biblioteca, una antigua bodega rehabilitada, hermosa, acogedora, como todas las bibliotecas, pero más. Así que leí mis poemas y estuve encantado de hacerlo.
Hay días felices.
Rocío y Pedro ejercieron de generosos anfitriones y no sé lo que hubiéramos hecho en Almonte sin ellos. Luego, en la Ciudad de la Cultura, un recinto que alberga las principales infraestructuras culturales de Almonte, Julio Flores Cala me enseñó la Biblioteca, una antigua bodega rehabilitada, hermosa, acogedora, como todas las bibliotecas, pero más. Así que leí mis poemas y estuve encantado de hacerlo.
Hay días felices.