Coño, con la Margarita... Nada menos que con seis romeros, pues le va a faltar hueco..., en la agenda quiero decir, claro.
Si no nos lo hubiesen quitado de la cabeza durante años con aquellos carteles que tenían todos los bares de "Se prohibe cantar...", todavía hoy mantendriamos la sana costumbre de "echar un cantarín" entre culete y culete de sidra,lo de menos era la letra. Me alegro de que no hayan sido igual de obedientes en todos los sitios.
Un saludo
El subconsciente nos traiciona y se nos ve el plumero.;-)) Si yo fuera Margarita, haría lo mismo... ;-)
Una pendona escondida detrás de las jaras para asaltar a los aturdidos caminantes, sin duda. ¡De seis en seis, joder! Nunca mejor dicho lo de joder.