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Mis tres mitos eróticos

Soy de pocos mitos eróticos y además soy un heterodoxo: mis mitos eróticos harían reir a los alimentadores de mitos eróticos. Eso me complace, si lo pienso.
En fin, que no he tenido demasiados mitos eróticos y ello me acompleja. A ver si voy a ser raro o algo... Un personaje tan radicalmente erotómano, alguien tan declaradamente carnal... Y con gustos tan amplios, como ha sido declarado y dicho en letra impresa...
Creo realmente que, aunque he tenido en ciertos momentos muchos referentes eróticos, las únicas personalidades que me han subyugado en la distancia del mito erótico (la regla de oro del mito erótico es que sean personas lejanas e inalcanzables) y de una manera duradera en el tiempo (la otra regla de oro es que el mito erótico sea perdurable y no sujeto a avatares temporales) son estas:
-Bojrn Andresen.
-Estíbaliz (la de Sergio y Estíbaliz).
-Martina Klein.
Borjn Andresen alimentó todas mis fantasías eróticas adolescentes. Representó mi ideal de belleza, el novio que yo hubiera querido tener, el muchacho que yo hubiera querido amar. Me confirmó en mi heterosexualidad, puesto que lo que yo veía en él era un ideal femenino. Por eso he amado mucho a las mujeres, por eso las adoro. Por eso amo tanto a los muchachos. Por eso he amado intensa y radicalmente a las mujeres y a los hombres y no paro.
Estíbaliz, en esa época del vídeo (no sé si será posible verlo, pero ver con precaución: es tan hermosa), es la belleza absoluta, mi ideal de la belleza fenemina. Tiene un rostro de convento, de monja obligada a profesar pero rebelde. Es como una hippy soguzgada. Sus coletas son enloquecedoras. De hecho, no importa la presencia de Sergio. Uno sólo quiere decirle: tío, cúidala, me pareces bien, te apruebo. Sí hasta Sergio me gustaba... Cuando he visto a Estíbaliz mayor, me ha seguido gustando (cuando ha envejcido se ha vuelto más hermosa). Sigue siendo esencialmente bella. Sergio también, interesante, con su barba y su melena. Estíbaliz se morirá siendo hermosa, no tiene que hacer nada para serlo.
De Martina Klein no hay que decir nada, salvo que sólo ella podría hacer anuncios tan tontos sin parecer tonta sino todo lo contrario: hermosa, maravillosa, plena de gracia. Sin olvidar una de sus mayores virtudes: su voz. No es concenbible tanta hermosura como la de esta mujer, y nosotros nos limitamos a dar gracias a algún dios desconocido por haber hecho posible su presencia en el mundo. Es: bella. Como Bojrn y como Estíbaliz.