La confitería de Albacete
Sobrevivimos a los 600 kilómetros de Albacete y volvimos muy felices (me habían ofrecido ir en tren o avión pero yo, todo chulo, dije que iría en coche porque me encanta conducir, cosa que es cierta). La ciudad, para ser sinceros, no es nada bonita. De hecho es tan fea como Huelva capital, que ya es decir. En cambio, la compañía fue estupenda. En Albacete existe un grupo de poetas, autodeminados Los Confiteros por el nombre del café en el que se reunían, con algunos de los cuales pudimos compartir lectura y mantel. Muchas gracias a Arturo Tendero, Ángel Aguilar y los demás por su compañía y acogida. Volveremos a Albacete si hay ocasión, más por ellos que por Albacete, y eso que nos abandonaron a la hora de la copa post-cena. No importa: encontramos un bar donde nos dieron cariño y amol. Os copio la reseña que Arturo escribió para el diario La Verdad. (Lamento el ejercicio de autobombo. Estuve pensando si hacerlo o no y decidí finalmente que hubiera sido desagradecido, más que inmodesto, no colgarlo aquí): jl-piquerooct07.doc
Buena reseña la de Arturo.
SALUDOS