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Irán: ¿se puede elegir?

El régimen iraní ya ni se molesta en ponerse la careta. Estos días estamos viendo al natural su feo rostro (un viejo conocido) en forma de probable pucherazo electoral, represión brutal, acoso a las libertades, asesinatos y lo que puede estar por venir. El posible vuelco a favor de los reformistas se aleja cada vez más, a no ser que prosigan las manifestaciones populares, en cuyo caso, y sabiendo que los dirigentes iraníes no amenazan en balde, el coste en vidas humanas podría ser muy alto. Por eso la UE y Estados Unidos han sido prudentes. He dicho prudentes, no tibios. Han sido tibios y cobardes en otras ocasiones, y en este blog se ha constatado. Pero ahora se precisa prudencia porque, como ha dicho sabiamente el ayatolah Jamenei: "Estas manifestaciones justifican una represión brutal". Casi lo están deseando.
Algunos comentaristas, incluso desde mi propio partido, se han preguntado si no estaremos asistiendo, en lo que al tratamiento de los acontecimientos de Irán se refiere, a una especie de representación de lo que Occidente espera de Irán, presentando como bastante claro el pucherazo y exagerando las diferencias entre el fundamentalismo de Ahmadineyad y el "supuesto" aperturismo de Masaví. Vamos, que, según esos comentaristas, en Occidente habla el ansioso por boca del deseoso. Parece que se impone el "pensamiento" Chávez. Yendo por partes, me parece que el radicalismo de Ahmadineyad y el peligro que representa, no sólo para Occidente sino para sus propios ciudadanos, por no hablar de los países de la zona, está probado y más que probado (y ni siquiera recordaremos cosas como la negación del Holocausto, algo que en mi país está penado por la ley, como en el suyo lo están la homosexualidad o el adulterio... mejor no sigo por aquí). Y lo que está pasando estos días no hace sino confirmarlo.
En cuanto a Masaví, fuera de otras consideraciones, cualquier posición de apertura y liberalización en un país tan extremo como Irán no puede ser sino bueno y positivo: para Irán y para el mundo.
¿Que a Occidente le gustaría un acercamiento a Irán, cosa que sólo es posible con líderes aperturistas? ¿Que Occidente prefiere a Musaví? Pues claro. Amiga E.M.D., esto no es manipulación ni simplificación. Se puede constatar en cualquier telediario. Yo mismo lo prefiero. No digo que Musaví sea el abanderado del laicismo y la modernidad pero para mí, comparado con Ahmadineyad, es oro puro.
Como en estas cosas nunca falta un tonto útil, ahí tenemos al presidente Chávez llenándose la boca con su solidaridad con el gobierno iraní, sus felicitaciones por el impoluto proceso electoral y sus ánimos de seguir adelante con la gloriosa Revolución Islámica. Si no supiéramos que, tosco y brutote como es, Chávez es muy listo, diríamos que debería cambiar de dealer: le están vendiendo una cosa muy chunga. ¿Cuándo se librará -nos libraremos- la izquierda de tales ejemplos? ¿Cuándo aprenderemos que no tenemos que elegir entre lo malo y lo peor? ¿Cuándo asimilaremos que para luchar por cambios profundos, estructurales, no podemos olvidar la lección de lo que no puede hacerse porque ya se hizo y no funcionó?
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Eva Maria
Eva Maria dice:
21/06/2009 10:04

Jose Luis, tus argumentos me parecen razonables y puedo suscribir muchos de ellos. Obviamente no estamos tan alejados ideológicamente, es un cuestión de interpretación. Puede ser que yo, por mi profesión, sea algo desconfiada ene este aspecto, pues ejemplos no me han faltado, pero sigo pensando que lo que está pasando en Irak es una lucha por el poder, y no por la libertad, y que tan bonito es enero como febrero por razones que ya aduzco en mi entrada y han aducido otros compañeros. No me atrevo a afirmar (sólo lanzo la idea) que existe manipulación en la forma de presentar estas noticias "en cualquier telediario", pues me falta información y conocimientos sobre la realidad iraní y no sé el alcance de la 'prooccidentalidad' de Musaví (aparte de que la cautela de UE y EEUU, que tú citas y yo ya mencioné en mi entrada, da mucho que pensar), y desde luego que las fuerzas gubernamentales se están cubriendo de gloria en reprimir las manifestaciones, pero se nos ha dictado la noticia como un combate maniqueo, se ha aceptado demasiado alegremente la teoría del pucherazo, y eso es simplificación, aunque los medios la verdad es que tampoco dan para más.

Aunque todos caemos en el maniqueísmo, y quizá los medios nos dan lo que pedimos. Es humano pensar que las cosas son blancas o negras y no ver los matices de gris y los claroscuros de las personas a la que seguimos o en las que creemos, igual que a aquellas a quienes rechazamos no cesamos de verles sombras. Pero tendríamos que superarlo. Insisto: hay gente muy desfavorecida económicamente que apoya alguna de las medidas de Ahmadineyad, lo que no implica que no sea un fanático peligroso, aunque quizá no tan peligroso como EEUU propaga. Y medidas como éstas a las que me refiero hacen que gente como Chávez no sea capaz de reconocerle ningún lado oscuro, con lo que, naturalmente, se equivocan, y lo digo a pesar de todo el respeto y admiración que me merece el presidente venezolano.

Y no hemos de olvidar que ningún régimen que sofoque una rebelión con tal número de asesinatos (de 43 hablan algunas fuentes) no debería ser alabado por nadie, aunque haya sido vencedor indiscutible en las urnas... o no.

Por cierto, mi blog es público, no hace falta que me cites por las iniciales... y siempre se agradece un enlace... Un cordial saludo, compañero.

Hector Perez Iglesias
Hector Perez Iglesias dice:
21/06/2009 12:52

Yo debe ser que soi mui burru, pero nun sé cómo se puede tar col alderique de si fueron elecciones xustes o non, si la cosa ta viciada dende'l principiu ¿nun partimos d'un sistema que regula quién se puede presentar y quién non atendiendo a unos principios relixiosos, una cúpula relixiosa qu'al final va ser quien tendrá la última palabra no que pueda decidir el gobiernu elexíu?¿nun tamos énte una teocracia en plenu sieglu XXI?
Un abrazu

Jose Luis Piquero
Jose Luis Piquero dice:
21/06/2009 23:38

Eva: Naturalmente que es una lucha por el poder pero en esa lucha están en juego cosas que tienen que ver con la libertad. Aparte de los posicionamientos ideológicos de cada uno (que dentro de los estrechos límites de una república como esa están muy claros), tenemos el elemento clave de la represión que se está produciendo actualmente, con muertos incluídos, detenciones, acosos, censura, etc. Creo que sólo esto ya debería hacernos tomar partido, y muy claro, por Musaví. ¿Maniqueismo? Yo no lo veo así. Decir que el bueno es Musaví y el malo es Ahmadineyad me parece tomar posiciones en pro de todo lo que creemos. No creo que simplifique los hechos. Vale: Ahmadineyad ha realizado políticas que les gustan a muchos de sus conciudadanos y Musaví no es un laicista partidario de la plena libertad de la mujer en todos los aspectos. ¿Pero la elección para nosotros no está clara? Aquí no es entre blanco o negro sino entre matices del gris, pero matices muy marcados. En la conciencia de Musaví no hay (de momento) muertos y detenidos.
Respeto tu sentimiento de admiración por Chávez. Yo no lo admiro en absoluto. Que no me gustara Bush no quiere decir que me tenga que gustar Chávez. Y mucho menos Castro o Daniel Ortega. Una parte de mi post se refería esplícitamente al lastre que arrastramos en la izquierda con revolucionarios de pacotilla que van a lo que van: a lo que ha ido Castro. No entiendo que (ya sin entrar en todo lo que ha hecho en su país) puedas admirar a un ser que manifiesta tal apoyo y entusiasmo a un régimen (el iraní) que sojuzga a las mujeres, coarta todas las libertades y mata y detiene indiscriminadamente a sus ciudadanos. ¡Si tú misma dices que un régimen como ese no debéría ser alabado por nadie! ¿En qué quedamos?
Un saludo muy cordial.

Eva Maria
Eva Maria dice:
22/06/2009 18:04

Creo que no es cuestión de tomar partido. La solución, continúo afirmando, no es Musavi, lo que no implica que haya que estar en contra de Ahmadineyad como de cualquiera que sea capaz de promover represiones tales.

Puedo admirar a Chávez (he estado en Venezuela, y hablo con un poco de conocimiento de causa) y reconocer sus matices de gris y sus lados oscuros, y esta ceguera consciente que consiste en obviar un aspecto muy importante (quizá el que más) del régimen de Ahmadineyad es uno de ellos.

En cuanto a Castro, es un personaje controvertido y creo que un campeón de los claroscuros. Yo, sin embargo, que era crítica con su figura o al menos guardaba una respetuosa distancia, cambié bastante de actitud cuando viajé a Cuba y vi lo diferente que es ese país de las noticias que sobre él nos llegan. Te puedo asegurar que cuando hablo de prensa manipuladora no es pura obsesión personal o conspiranoia, es que he visto demasiados casos y se me ha presionado bastante en ámbitos profesionales; también es cierto que eso puedo llevarme a verla donde no la hay. No en vano soy una persona humana y estoy llena de matices de gris y claroscuros.

Un cordial saludo para ti también, y a ver si solucionas lo de tus poemas que tengo curiosidad.

Tomas Rivero
Tomas Rivero dice:
23/06/2009 11:30

Amigo Jose Luis: Alí Reza Pahlavi hijo del derrocado sha de Persia, Reza Pahlevi, también está de acuerdo con la revuelta en Iran. Los pescadores pescan.
Cuando la izquierda no tiene nada que decir por algo será. Tal vez por que renunció a una mínima organización. ORGANIZACIÓN. ¡¡El órgano, el órgano, grito el hígado!!. Tal vez por que perdió. No sé. Un anillito en el mar.
Siempre me llamó la atención, cómo los "militantes" (las comillas son para incidir en la guasa que tiene la palabra) de I.U., viniendo de una experiencia tan estalinista, ahora se pasan el centralismo democrático (principio de una buena organización) por el forro de las pelotas, las de tenis o las de los compañones. Bueno. Cada uno de sus afiliados dice o expresa lo que alguna glándula, le segrega al oído (¡el riñón, el riñón!, gritó la próstata). Bueno. Bueno es el mundo, bueno, de Dios al fin obra maestra, dijo un clásico.

Ah! Y para que la confusión se aclare poniéndose turbia, yo apoyé a Jomeini: ayatola, ayatola no me toques la pirola. Y Rosa Montero, en su columna de hoy en El País da pistas, para que las turbias aguas sean revueltas. La obligación de no tener nada que decir, que dijo mi buen amigo Samuel Beckett.
Salud y Revolución.