Mycroft, la cosa está clara. Quise poner el acento en que aquí nadie dimite cuando hace cosas ilegales. Este hombre dimite pese a que lo que ha hecho es legal. El problema es que es algo legal que en su partido (que es el mío) se considera poco ético o poco ejemplar o como quieras decirlo. Tenemos ministros que han robado, que están siendo investigados. Hay presidentes y diputados y consejeros imputados. Nadie dimite, ni cometiendo delitos. Este hombre ha sido consecuente, es un caso insólito en España.
En cuanto a si lo sabía antes, yo me inclino a pensar que no. Ahora bien, cada cual puede pensar lo que quiera. Pero el gesto (repito, insólito) de dimitir lava cualquier culpa, negligencia o disimulo, si lo hubiera.
Vamos a ver. Este tío no ha dimitido por eso, simplemente ha encontrado la ocasión de irse del parlamento europeo con la tranquilidad de los bolsillos ya bien llenos por las críticas internas dentro de su partido tras los resultados electorales. "Podríamos haber sacado más escaños sino estuviese Willy, es muy bueno el chaval, pero no tiene carisma" Y ahora seguirá por ahí en segunda fila como ha declarado en una entrevista a 27 de Junio en la rtva. Así. Cansado ya de tanta política de marketing.
Hay gente demasiado íntegra para la política del día a día.
Si algo que simplemente es perfectamente legal (como son la mayoría de las cosas que podemos hacer, por otra parte) se escribe que es PERFECTAMENTE LEGAL supongo que no es porque se haya apretado sin querer el bloqueo de mayúsculas, sino porque el simple hecho de que lo sea pretende ser EL argumento exculpatorio y, de paso, el motivo para ensalzar la dimisión: entonces, si es algo legal, y eso vale como argumento...¿por qué lo criticáis? ¿Las SICAV son legales, luego las SICAV están bien? No, están mal: legal no siempre es igual a justo, y por eso queréis cambiar esa legalidad, para que se aproxime más a la justicia.
Quizá Willy Meyer no supiera que hacía algo que él pensaba que estaba mal y debiera cambiarse. Lo que pasa es que sólo podemos poner quizá, porque, aunque la dimisión sea la respuesta lógica, nunca sabremos si la dignidad la ponemos en primera línea cuando nos enteramos nosotros de que hemos hecho algo que está mal o cuando se han enterado los demás. Hay demasiados ejemplos que permiten la duda: los que las tuvieron en origen las quieren mantener, pero también hay muchos que, cuando las descubren, se pasan rápido de las barricadas a las mariscadas. No sé qué tienen ciertas cosas que, oye, al final le gustan demasiado a (casi) todo el mundo.