"El libro de los indolentes", de Javier Sánchez Menéndez
De Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, 1964) admiro su obra poética y su labor como editor, y suelo discrepar de sus opiniones. Y no porque no tenga razón muy a menudo sino porque practica el peligroso arte de la generalización abusiva, de ahí la dureza, a veces arbitraria, con que juzga el panorama literario español.
Algo de ese abuso y de esa radicalidad se traslucen en El libro de los indolentes (Imagine Cloud Editions), una obra que participa de distintos géneros: diario personal, aforismo, prosa poética, ensayo... ¿Quiénes son esos indolentes? Importa poco ponerles nombre. No lo tienen. Son representaciones de personajes que deambulan, hablan, pasan sin dejar huella o dejan una impronta; uno puedes ser tú, otro yo, cualquiera. Importa mucho más la captura de instantes fugaces, la frase fulgurante, la apasionada declaración de amor a la poesía. Porque El libro de los indolentes es poesía, una poesía heterodoxa y radical, no sujeta a las convenciones del género y quizá dirigida únicamente a los iniciados de la secta.
Delicadeza y anatema, acierto y desenfoque, reflexión y divagación; todo ello encontrará el lector en este libro del desasosiego que rezuma vida y literatura, que irrita a veces y fascina casi siempre.
Algo de ese abuso y de esa radicalidad se traslucen en El libro de los indolentes (Imagine Cloud Editions), una obra que participa de distintos géneros: diario personal, aforismo, prosa poética, ensayo... ¿Quiénes son esos indolentes? Importa poco ponerles nombre. No lo tienen. Son representaciones de personajes que deambulan, hablan, pasan sin dejar huella o dejan una impronta; uno puedes ser tú, otro yo, cualquiera. Importa mucho más la captura de instantes fugaces, la frase fulgurante, la apasionada declaración de amor a la poesía. Porque El libro de los indolentes es poesía, una poesía heterodoxa y radical, no sujeta a las convenciones del género y quizá dirigida únicamente a los iniciados de la secta.
Delicadeza y anatema, acierto y desenfoque, reflexión y divagación; todo ello encontrará el lector en este libro del desasosiego que rezuma vida y literatura, que irrita a veces y fascina casi siempre.