El debate
Zapatero ha barrido a Rajoy. No sólo ha contestado uno por uno sus ataques sino que ha sabido sacar a relucir temas nuevos casi constantemente. Claro: sabía donde era más fuerte.
Rajoy estaba nervioso, no paraba de mirar a un lado, de mover los ojos. No se le notaba creíble. Se veía que llevaba un guión del que no era capaz de salirse y buscaba desesperadamente una ayuda que no podía tener. Zapatero parecía sincero, creía cada cosa que decía, miró muy poco sus papeles. Transmitía una noción exacta de los datos y de las intenciones. Rajoy se repetía, buscaba auxilio, atacaba con las cosas que ya sabemos y cada vez estaba más nervioso.
La última intervención fue de fábula. Rajoy recitaba lo aprendido de memoria muy mal, porque constantemente tenía que consultar la chuleta. Y aún así recitaba.
Zapatero también miraba sus notas pero casi a título de no perder el hilo. Fue conmovedor. Especialmente cuando dijo que no garantizaba el éxito en la vida de nadie, sólo la igualdad de oportunidades.
No sé cuál será el resultado. Mi impresión es que Zapatero ha ganado por K.O.
Dicho todo esto, lamentar todo esto.
Lamentar que haya sido un debate entre dos candidatos y no entre al menos tres candidatos: hay un tercer partido reconocido como el tercer partido en implantación y votos en España: Izquierda Unida.
Me parece lamentable que se les presente como "los candidatos" y no como "dos de los candidatos" y que, en general, los medios de comunicación sigan fomentando este bipartidismo brutal, estéril y perjudicial para los intereses de los españoles. En este sentido, todos los medios de comunicación están haciendo un papel penoso. No sólo la COPE, la voz de propaganda de la reacción, sino también el grupo Prisa: la Ser, el País, etc. Invito a cualquiera (ahí están las hemerotecas) a comprobar cuán sesgado, malintencionado y mezquino puede ser el tratamiento de El País cuando le dedican a Llamazares (El País, domingo 24) una columnita minúscula llena de mala intención, partidismo y subjetividad.
No voy a ocultar mis preferencias: si tengo que soportar otro gobierno del PP (los fascistas, los xenófobos, los racistas, los homófobos, los meapilas, los que representan todo lo que me ataca personalmente) me inmolo a lo bonzo. Pero me gustaría que en un futuro gobierno de España estuviera presente la sensibilidad social, la radical oposición al influjo de la iglesia, la defensa del derecho de la mujer a su cuerpo, la igualdad de todos los ciudadanos, la abolición de los abusos empresariales, el fin de los latifundios, las políticas de solidaridad internas y externas, el empleo estable y de calidad, sin discriminaciones de la mujer ni contratos basura, el acceso pleno a la vivienda con políticas efectivas y no con parches neoliberales y, finalmente, el derecho de los españoles a elegir a nuestro jefe de estado, es decir: la abolición de ese anacronismo insoportable que es la monarquía. Eso es lo que representa la izquierda real y que el PSOE no sabe sino parchear para no molestar a los buenos padres de familia.
Si en España existira un sistema electoral justo y no el apaño que se montaron en la transición, Izquierda Unida tendría tres veces más de escaños con los mismos votos. Pero los dos partidos mayoritarios jamás dejarán que eso ocurra. La Ley de Hont es un insulto a los españoles y un fraude. Y así nos van las cosas.
En fin, todos tenemos derecho a un calentón, ¿no? Me he ido por los cerros de Úbeda. Espero que os haya gustado el debate. Yo lo he disfrutado, salvo mis reservas. Y que gane el que tenga que ganar. (Jesusito, que no sea el fascio-derecha...).
Suscribo todo lo que has dicho desde la A a la Z. Sin comillas.
Un abrazo.