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El PSOE, que iba a oponerse contundentemente a la medida, ha dejado su contundencia en una cómoda abstención. Tan cómoda como el "Otan NO-Otan de entrada NO-Otan Sí". Ya nos tienen acostumbrados a esas pícaras veleidades, qué le vamos a hacer.
Y lo que más me sorprende: no oigo gritos en la calle. Aún no hemos salido en masa a pedir cabezas y paralizar el país. ¿O estamos esperando el turno de los transportistas? Qué educados nos hemos vuelto. Usted primero...
¿Y ya está?
¿Educados...? Lo que estamos es hipnotizados, atontados, idiotizados, enmemecidos. Esto no hay quien lo entienda, vamos caminito del siglo XIX, y tirando por lo alto, nos falta un poco más de inquisición, un pelín de ruido de sables y un Borbón absolutista para estar felices. ¿Y que a nadie se le ocurra volver a tomar La Bastilla...? Se invertirán al final los conceptos y acabaremos viviendo para trabajar. Yo me hago bosquimano.