EL HOMBRE ESPEJO
Era de otra galaxia y se ubicó en la ciudad para comunicar datos que facilitasen el contacto y la cooperación entre civilizaciones tan dispares.
Daba un paseo por la ciudad y paró en una tienda de alimentos por aclarar una duda. Se dirigió a la dependienta y comenzó diciéndole que
- Soy consumidor antiguo de este manjar de calidad, pero querría que me aclarase una cosa ...
ella, mirándole fijamente y con amplia sonrisa le contestó
- Así se explica lo guapo que es usted, porque comer esto produce salud y hermosura.
A él le hizo gracia el comentario, pero no siendo su misión ni su edad las propicias para intentar una relación amorosa, acudió a, de la forma más amable posible, explicarle algo insólito en el planeta Tierra:
- Verá, señora, es que Vd., al mirarme a mí, en realidad se está mirando en un espejo, y la belleza y hermosura que ve son las de usted ...
- ¿Có ... cómo dice? ¿Quiere halagarme o me toma el pelo? De todas formas es la forma de piropearme más original que me han dicho.
- No, si no piropeo, es la realidad: usted se está viendo en un espejo, porque yo soy un hombre espejo, o speculo hominis que diría un científico terrícola, porque debe saber que soy de un planeta de otra galaxia en el que las personas somos espejos ...
La dependienta se sentó boquiabierta. No había nadie más en la tienda, aunque por la acera sí había barullo. Siguió el hombre:
- Así, en el planeta de los reflejos, cada cual ve en los demás sus propias cualidades y defectos, por lo que no juzga ni condena a los demás, mientras que en las ciudades terráqueas, en donde observo todo desde hace varios años, cada cual ve en los demás defectos más que virtudes, sin reflexionar sobre los propios modos de ser y comportarse.
- Pero, pero, ... ¿ustedes no discuten, no pelean, no hacen guerras?
- No, lo que hacemos es debatir, o sea, poner sobre la mesa todo lo que pensamos sobre lo que sea, buscamos las cuestiones en las que estamos de acuerdo, que suelen ser la mayoría, analizamos las otras y vemos si contribuirían a mejorar nuestro modo de vida o no, y siempre posponemos lo que no está claro. Tenga en cuenta que no buscamos mandar, sino hacer que la vida de todos sea fácil y grata.
- Pero, ¿y porqué está usted aquí y no en su planeta?
- Porque queremos establecer relaciones y para ello hay que conocer muy bien cómo funcionáis los humanos. Somos varios los que, repartidos por toda la tierra llevamos años obervando y estudiando.
- ¿Y véis posiblidad de lograrlo?
- Muy difícil, muy difícil, aquí todo el mundo quiere llevar razón por narices y trincar todo el dinero, muera quien muera. Es muy difícil.
- ¿Y porqué me lo cuenta a mí?
- Porque su espontaneidad y su gracia me han parecido muy apropiadas para fundar una red humana que colabore en el proyecto de la confluencia de humanidades.
- ¿Y cuándo veré su cara, la de verdad?
- No tardará; será cuando te constituyas en mujer espejo, o speculo mulier, que diría un docto.
Quedaron para cenar, antes de que el hombre se colgara en la pared para dormir.
: ) magnífico