CicloLitoral 2009: Etapa 5 (del faro de Machichaco a la playa de Achabiribil)

Esta quinta etapa, aunque algo durilla en algunos puntos concretos, fue en conjunto bastante más suave que la anterior. No diré que fue facilona ni que nos supo a poco, pero sí es cierto que llegamos al camping mucho más enteros de lo que nos esperábamos al principio de la jornada.





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Como podéis ver en las fotos seleccionadas, iniciamos el día volviendo a disfrutar del impresionante marco natural en que habíamos pasado la noche. Es más, la mayor iluminación de la soleada mañana nos permitió descubrir detalles que se nos habían escapado la nublada tarde del día anterior.

Tras recoger las cosas y dar por perdido un tornillo de cambios extraviado durante la noche, emprendimos el camino rumbo a nuestra siguiente parada, Baquio, playa en la que conviven, no sin cierta dificultad, edificios de buen y pésimo gusto (en particular, nunca entenderemos que reventaran uno de los laterales de la cala con dos bloques de apartamentos que, para nuestro gusto, nunca tuvieron que construir...).

Tras desayunar, una vez más, varios pintxos, un amable señor nos confirmó el camino que teníamos que seguir para llegar a la vecina localidad de Arminza.

Los primeros kilómetros, hasta la nunca terminada de construir central nuclear de Lemóniz, fueron realmente fuertes. Especialmente a partir de las doce horas y cuatros minutos, momento exacto en que, por vez primera en esta ruta, nuestro amigo Lorenzo lució sobre nuestras cabezas mientras rodábamos.

Una vez que dejamos atrás Lemóniz, iniciamos una larga bajada hasta Arminza, pequeña pero muy bonita localidad costera con una playa a base de rocas y cantos rodados en la que, lógicamente, no vimos a nadie bañándose.

Un par de pintxos y comenzamos a subir varios kilómetros de suaves cuestas que, tras el correspondiente descenso, nos llevaron hasta la bahía de Gorliz.

Aquí nos encontramos con un señor que había recorrido (imaginamos que parcialmente) el camino de Santiago en más de quince ocasiones.

Tras charlar un rato con él, nos dirigimos al extremo Sur de esta playa, en la que descansamos un par de horas (bañitos y siestas CJ inclusive).

A continuación, repusimos fuerzas en Plentzia, Josué repuso el tornillito perdido la noche anterior y no tardamos mucho en llegar a Sopelana, en cuyo camping nos alojaríamos durante la primera jornada de descanso de la Ruta CicloLitoral 2009

Besos y abrazos,

Manuel