Malos antecedentes ( by Javier Ortíz )
Vuelvo a toparme hoy en los medios de información con la afirmación de que un detenido -uno cualquiera: da igual, a los efectos de este Apunte- «cuenta con antecedentes policiales».
Pido disculpas a cuantos se sepan ya de memoria lo que voy a escribir, pero, por muchas veces que lo haya dicho y escrito en el pasado, no renuncio a insistir en ello, y seguiré haciéndolo mientras la Policía siga empeñada en servirse de esa recurso trapacero y mientras mis compañeros de profesión sigan tolerándoselo.
Lo diré por enésima vez: eso de «los antecedentes policiales» es una pura patraña, que los medios de comunicación, si se tomaran en serio los derechos ciudadanos, deberían rechazar de plano.
¿Qué significa que alguien tiene «antecedentes policiales»? Que la Policía lo ha detenido y lo ha fichado, presumiéndolo autor de algún delito, pero que, una de dos: o lo ha dejado en libertad sin más, por no encontrar de qué imputarlo, o bien lo ha conducido ante la justicia, pero para nada, porque o bien ésta no ha estimado que hubiera base suficiente para procesarlo o bien lo ha procesado, pero la causa no se ha sustanciado en ninguna condena.
Los únicos antecedentes que merecen consideración son los penales. Cabe decir de alguien que «tiene antecedentes», empleado el término en este sentido -es decir, como jalones de un historial delictivo-, cuando ha sido condenado; no cuando lo han declarado inocente o cuando ni siquiera ha sido procesado.
En realidad, cabe sospechar con fundamento que los manidos «antecedentes policiales» no sean a menudo sino el rastro que se conserva de detenciones poco fundadas, cuando no ilegales.
El asunto no tiene nada de fútil. Al contrario. Con cierta frecuencia nos topamos con notas policiales que hacen que tal o cual persona parezca un perfecto delincuente cuando lo único que reflejan es que lo han traído por la calle de la amargura, pero nunca han logrado presentar ninguna acusación realmente fundada contra él.
Vengo insistiendo desde hace años a mis colegas de la prensa en la necesidad de que adoptemos una posición militante a este respecto, negándonos a colaborar con ese rollo policial. Con el éxito que se puede ver.
Ahí está... Confieso publicamente que yo también tengo ese tipo de antecedentes, policiales, digo, al menos dos, y otros cuantos antecedentes "guardiaciviliciales". Quien esté libre de antecedentes que tire la primera piedra (o adoquín, si la cosa es grave), pero que apunte al escaparate de una sucursal bancaria, por favor.
Tinto de verano y ensaladilla con colines.