" Los sin Ton ni Con.Com " ( by Alargaor y pandilla )
En un cartel un conocido arcángel y patrón cordobés obliga a sus vasayos, los ángeles sin papeles, ni bragas, ni calzones, a que se decanten, y lo hagan en lo posible sin dar el cante. A saber: “La elección es bién sencilla: O Moriles, o Montilla”.
Chiqui, Isabel, Luisa y Manuela, integrantes integristas del lobby de la comunicación “Las Loros”, y Alfonso, Jóse, Manolo y Raúl, supporters del colectivo “¿Qué decíais?” decidieron plasmar en esta web todas las terias que íbamos diciendo mientras esperábamos al lado de ahínco que nos pusieran de una vez los salmorejos, reclamados y previamente solicitados por escrito en comandita hológrafa...
Por aquél largo entonces, uno de nosotros leyó en alto que en el piso superior del airbus tal, la compañía aérea cuál ponia a tu disposición, entre otras cosas, camas, añadiendo que azafatas complacientes servirían al pasajero todo aquello que demandasen.
Pero una cosa, erróneamente siderada bajuna, es ser fulana y/o actriz porno, y otra muy distinta, es trabajar por todo lo alto con tu título cualificado de azafata de vuelo en la consigna. Perdón, debí decir en la signa.
Llegamos pues a la irrefutable clusión de que los maridos de esas azafatas se llamarían todos Placiente, y que por los celos en los cielos, trabajarían todos ellos al lado de ellas lo más posible. Y así nacieron de nuestras bocas, valga esta asquerosa metáfora, sus tradictorios hijos, la gran familia, la zaga de los Sin Ton Ni Con.
A saber:
Descendiente no es el hermano más anciano ni el más bajo. Es, si acaso, el más prensivo y tolerante. Clave no es músico, ni se deja instrumentalizar por nadie. Es un religioso capaz de, orando al tiempo que vota, guardarse para sí y no revelarte nunca el secreto. Ciso no es ni ladrón ni cleptómano, sino estricto y breve, de pocas palabras, vamos. Denado, aunque se parece mucho a Placiente por sus agradecidas respuestas, -que no por los celos-, o acaso tú le creas muy educado, refinado, ¡Desengáñate!, porque por algo será, pero está recluso en la cárcel. Parte la misma celda que los tainas de su hermanos: el vocazas de Feso y el desgraciado de Victo.
A Tusión, otrora el metrosexual, es cierto que le vienen dando masajes diarios a base de cremas ificantes en el gimnasio de Sumo, pero no para fardar, básicamente porque se cayó de espaldas del andamio.
Vexa y Cava son las gemelas torsionistas, actúan de gogós en un club nocturno. Un garito en el que Tante y Sonante, para verlas bailar una y otra vez, vacían pulsivamente sus monederos. Pungido casi nunca entra en ese antro, valga la redundancia, y si acaso va, no las mira, le da corte. Solador es demasiado onanista. Y Solación nunca llegará a ser la primera en nada. Ni siquiera a ser segunda. De hecho opta al tercer o cuarto puesto en la línea sucesoria. Sus hermanos se cachondean de ella, le llaman "Infantelena". Fidente es justa y paradójicamente el hermano del que menos te puedes fiar: lo cuenta todo
a quienes no debe, pelos y señales. A Tacto le falta nada para entrar en, te manosee, o se te pegue indeseablemente. Cienzudo piensa por un centenar de tertulios televisivos y suele tenerlo todo bajo Trol. Suetudinario es el conformista, el tradicional, habituado a lo existente, poco dado a los cambios. Migo, Tigo y Sigo son unos trillizos muy suyos. Bueno, Tigo algo menos.
Al calvito, gafotas, encorbatao y enchaquetao de Table no le hacen falta mesas para anotarlo y tabilizarlo todo al céntimo. Todo ellos tienen, cómo no, sus ancestros latinos-romanos: Tubernio y Fusión. De Tubernio los fachas siempre han insistido en que era judeo-masónico, pero nosotros firmamos científicamente que nació en Itálica.
Últimamente se investiga la exión africana de alguna de sus ramas genealógicas, ya que no en vano, sino en la nevera, la familia Sin Con suele tener a modo de reliquia una bolsa de Guitos cerrada en perfecto estado de conservación. Este hermano menor, Guitos, el único de color, aparece inscrito en el libro de familia como nacido en la ribera del Go. Si van allá, y hay alguien en la oficina del Registro, podrán ustedes probarlo.
Fidencialmente, esta estirpe, ni de tos ni de tas tienen un pelo. Muchos vuelos, eso sí, tienen encima los placientes, y mucha cupiscencia es lo que sobra en la familia sin con, sideramos la mayoría de nosotros.
Y ahora disculpádnos, nos está llamando la hermana hawaiana de la familia: Tinuará.
Chiqui, Isabel, Luisa y Manuela, integrantes integristas del lobby de la comunicación “Las Loros”, y Alfonso, Jóse, Manolo y Raúl, supporters del colectivo “¿Qué decíais?” decidieron plasmar en esta web todas las terias que íbamos diciendo mientras esperábamos al lado de ahínco que nos pusieran de una vez los salmorejos, reclamados y previamente solicitados por escrito en comandita hológrafa...
Por aquél largo entonces, uno de nosotros leyó en alto que en el piso superior del airbus tal, la compañía aérea cuál ponia a tu disposición, entre otras cosas, camas, añadiendo que azafatas complacientes servirían al pasajero todo aquello que demandasen.
Pero una cosa, erróneamente siderada bajuna, es ser fulana y/o actriz porno, y otra muy distinta, es trabajar por todo lo alto con tu título cualificado de azafata de vuelo en la consigna. Perdón, debí decir en la signa.
Llegamos pues a la irrefutable clusión de que los maridos de esas azafatas se llamarían todos Placiente, y que por los celos en los cielos, trabajarían todos ellos al lado de ellas lo más posible. Y así nacieron de nuestras bocas, valga esta asquerosa metáfora, sus tradictorios hijos, la gran familia, la zaga de los Sin Ton Ni Con.
A saber:
Descendiente no es el hermano más anciano ni el más bajo. Es, si acaso, el más prensivo y tolerante. Clave no es músico, ni se deja instrumentalizar por nadie. Es un religioso capaz de, orando al tiempo que vota, guardarse para sí y no revelarte nunca el secreto. Ciso no es ni ladrón ni cleptómano, sino estricto y breve, de pocas palabras, vamos. Denado, aunque se parece mucho a Placiente por sus agradecidas respuestas, -que no por los celos-, o acaso tú le creas muy educado, refinado, ¡Desengáñate!, porque por algo será, pero está recluso en la cárcel. Parte la misma celda que los tainas de su hermanos: el vocazas de Feso y el desgraciado de Victo.
A Tusión, otrora el metrosexual, es cierto que le vienen dando masajes diarios a base de cremas ificantes en el gimnasio de Sumo, pero no para fardar, básicamente porque se cayó de espaldas del andamio.
Vexa y Cava son las gemelas torsionistas, actúan de gogós en un club nocturno. Un garito en el que Tante y Sonante, para verlas bailar una y otra vez, vacían pulsivamente sus monederos. Pungido casi nunca entra en ese antro, valga la redundancia, y si acaso va, no las mira, le da corte. Solador es demasiado onanista. Y Solación nunca llegará a ser la primera en nada. Ni siquiera a ser segunda. De hecho opta al tercer o cuarto puesto en la línea sucesoria. Sus hermanos se cachondean de ella, le llaman "Infantelena". Fidente es justa y paradójicamente el hermano del que menos te puedes fiar: lo cuenta todo
a quienes no debe, pelos y señales. A Tacto le falta nada para entrar en, te manosee, o se te pegue indeseablemente. Cienzudo piensa por un centenar de tertulios televisivos y suele tenerlo todo bajo Trol. Suetudinario es el conformista, el tradicional, habituado a lo existente, poco dado a los cambios. Migo, Tigo y Sigo son unos trillizos muy suyos. Bueno, Tigo algo menos.
Al calvito, gafotas, encorbatao y enchaquetao de Table no le hacen falta mesas para anotarlo y tabilizarlo todo al céntimo. Todo ellos tienen, cómo no, sus ancestros latinos-romanos: Tubernio y Fusión. De Tubernio los fachas siempre han insistido en que era judeo-masónico, pero nosotros firmamos científicamente que nació en Itálica.
Últimamente se investiga la exión africana de alguna de sus ramas genealógicas, ya que no en vano, sino en la nevera, la familia Sin Con suele tener a modo de reliquia una bolsa de Guitos cerrada en perfecto estado de conservación. Este hermano menor, Guitos, el único de color, aparece inscrito en el libro de familia como nacido en la ribera del Go. Si van allá, y hay alguien en la oficina del Registro, podrán ustedes probarlo.
Fidencialmente, esta estirpe, ni de tos ni de tas tienen un pelo. Muchos vuelos, eso sí, tienen encima los placientes, y mucha cupiscencia es lo que sobra en la familia sin con, sideramos la mayoría de nosotros.
Y ahora disculpádnos, nos está llamando la hermana hawaiana de la familia: Tinuará.
Gracias por desbrozar el plicado lenguaje que nuestra bocas utilizan sin descanso convirtiéndolo, casi siempre, en una aunténtica tería que no hay quien prenda.
Que Tinuará nos siga deleitando tinua y stantemente.