Circles
Todo lo que hacemos o decimos aquí, influye decisivamente en la vida de los otros. Estoy convencido. De un gesto insignificante, como un saludo u olvidarte un paquete de cigarrillos y tener que comprar otro, se van creando círculos que se hacen cada vez mayores, como cuando tiras una piedra a unas aguas tranquilas, como el aleteo de una mariposa, como una mala noche, como un abrir y cerrar de ojos.
Lo primero fue la presentación de Listen to me, el último libro de Manuel Vilas. Había varios actos interesantes en Sevilla esa noche pero, en principio, ninguno me atraía como ese. Pocos escritores tienen la alegría, la ironía y el desparpajo ante el público que tiene el poeta de Barbastro. Pero no se trataba sólo de Manuel Vilas. Es que las editoras eran Elena Medel y Alejandra Vanessa, de La Bella Varsovia, dos mujeres que llevan en el mundo de la Poesía más años de los que hace que nacieron. Recuerdo que hace diez años, o alguno más, tenía una alumna buenísima. Era de 1º de la ESO, pero ya se veía que iba a ser una persona que iba a destacar en lo que quisiera. Y escribía muy bien. Le regalé Mi primer bikini, el libro con el que irrumpió Elena Medel, sólo con algún año más, en la primera línea de la mejor poesía joven que se hacía en España. Hace un par de años me encontré a Fernando, otro alumno de aquel grupo, en la presentación de un libro en La Carbonería y hablando de sus compañeros de entonces, me nombró a Carmen, así se llama aquella chica, y dijo: "Sí, a la que le regalaste el libro de Elena Medel." Yo no me acordaba, pero sí, inmediatamente recordé el momento y la cara de aquella jovencísima y ya brillante alumna. Creo que le va muy bien.
Además, la presentadora iba a ser Carmen Camacho y allí me encontré a María Alcantarilla "a la que hacía años que no veía" y a Antonio Rivero Taravillo "al que ya había visto tres veces en una semana": un montón de poetas en los pocos metros cuadrados de la librería Birlibirloque. Pasamos un buen rato.
Pero ese día, el viernes pasado, empezaba el maratón de películas que supone el Festival de Cine. La primera película fue Circles, película serbia del director Srdan Golubovic. Parece increíble que estuviéramos hablando de hechos que ocurrieron en los territorios de la antigua Yugoslavia, en el cercanísimo 1993. Una mañana en que libra, el soldado Markos está desayunando en el piso de Ranko, su padre, en la ciudad de Trebinje y tiene previsto pasar el día con su novia. Un día que ninguno de los que lo vivieron podrá ya olvidar jamás.
Manuel Vilas habló de muchas cosas: de Kafka, de Lou Reed, tarareó una jota que alguien dedicó a Saramago, y habló del proceso de escritura y de las nuevas tecnologías. El libro es una colección de entradas que han ido apareciendo en su Facebook, diálogos del autor con Dios. Dios y Vilas. Estuvimos todo el rato riéndonos, incluso cuando contaba las cosas más tristes. Es como en sus novelas. Está bien poder hacer eso. Y no todo el mundo puede. ""¿Por qué tienes un blog? "Porque es gratis." "Claro que puedes escribir y publicar lo que quieras. En este país no hay censura en los libros, porque nadie lee." Antes sí se censuraba porque la gente leía. Ahora si censuras a alguien, le das cierta relevancia, así que no hay peligro.
Los círculos continúan apareciendo. A la entrada del cine me encontré a José María Hernández y, a la salida a José María Conget. Los dos José María son las dos personas a las que les he dedicado Simulacro que aún no lo sabían. Bueno, realmente me refiero a personas reales y a las que sabía que iba a ver. Los casos de Yesenia, o de Noelia o de Raquel, exigen un capítulo aparte.
Lo primero fue la presentación de Listen to me, el último libro de Manuel Vilas. Había varios actos interesantes en Sevilla esa noche pero, en principio, ninguno me atraía como ese. Pocos escritores tienen la alegría, la ironía y el desparpajo ante el público que tiene el poeta de Barbastro. Pero no se trataba sólo de Manuel Vilas. Es que las editoras eran Elena Medel y Alejandra Vanessa, de La Bella Varsovia, dos mujeres que llevan en el mundo de la Poesía más años de los que hace que nacieron. Recuerdo que hace diez años, o alguno más, tenía una alumna buenísima. Era de 1º de la ESO, pero ya se veía que iba a ser una persona que iba a destacar en lo que quisiera. Y escribía muy bien. Le regalé Mi primer bikini, el libro con el que irrumpió Elena Medel, sólo con algún año más, en la primera línea de la mejor poesía joven que se hacía en España. Hace un par de años me encontré a Fernando, otro alumno de aquel grupo, en la presentación de un libro en La Carbonería y hablando de sus compañeros de entonces, me nombró a Carmen, así se llama aquella chica, y dijo: "Sí, a la que le regalaste el libro de Elena Medel." Yo no me acordaba, pero sí, inmediatamente recordé el momento y la cara de aquella jovencísima y ya brillante alumna. Creo que le va muy bien.
Además, la presentadora iba a ser Carmen Camacho y allí me encontré a María Alcantarilla "a la que hacía años que no veía" y a Antonio Rivero Taravillo "al que ya había visto tres veces en una semana": un montón de poetas en los pocos metros cuadrados de la librería Birlibirloque. Pasamos un buen rato.
Pero ese día, el viernes pasado, empezaba el maratón de películas que supone el Festival de Cine. La primera película fue Circles, película serbia del director Srdan Golubovic. Parece increíble que estuviéramos hablando de hechos que ocurrieron en los territorios de la antigua Yugoslavia, en el cercanísimo 1993. Una mañana en que libra, el soldado Markos está desayunando en el piso de Ranko, su padre, en la ciudad de Trebinje y tiene previsto pasar el día con su novia. Un día que ninguno de los que lo vivieron podrá ya olvidar jamás.
Manuel Vilas habló de muchas cosas: de Kafka, de Lou Reed, tarareó una jota que alguien dedicó a Saramago, y habló del proceso de escritura y de las nuevas tecnologías. El libro es una colección de entradas que han ido apareciendo en su Facebook, diálogos del autor con Dios. Dios y Vilas. Estuvimos todo el rato riéndonos, incluso cuando contaba las cosas más tristes. Es como en sus novelas. Está bien poder hacer eso. Y no todo el mundo puede. ""¿Por qué tienes un blog? "Porque es gratis." "Claro que puedes escribir y publicar lo que quieras. En este país no hay censura en los libros, porque nadie lee." Antes sí se censuraba porque la gente leía. Ahora si censuras a alguien, le das cierta relevancia, así que no hay peligro.
Los círculos continúan apareciendo. A la entrada del cine me encontré a José María Hernández y, a la salida a José María Conget. Los dos José María son las dos personas a las que les he dedicado Simulacro que aún no lo sabían. Bueno, realmente me refiero a personas reales y a las que sabía que iba a ver. Los casos de Yesenia, o de Noelia o de Raquel, exigen un capítulo aparte.
Envidia verde, es lo que siento.