Las manos
La ausencia de la mínima señal visible de violencia, tanto en su cuerpo como en el claro del bosque en el que había sido encontrado, parecía indicar que su muerte se había producido por causas naturales, e, incluso, plácidamente, a pesar del penetrante aroma a desconsuelo que emanaba desde sus lívidos despojos.
No obstante, el forense debía realizar su trabajo para tratar de despejar cualquier tipo de incertidumbre. Sólo unos segundos después de haber iniciado su inspección, le llamó poderosamente la atención la crispación de sus puños fuertemente cerrados. Era como si en ellos hubiese querido guardar para siempre el secreto tras el que se ocultaban los motivos de su muerte.
Le costó un gran esfuerzo ir abriendo cada uno de sus dedos -tan rígidos, que hasta en un par de ocasiones terminaron por quebrarse- para descubrir finalmente que tenía las manos vacías. No se hizo necesario practicarle la autopsia.
Fue ese el motivo de su muerte, de su desesperanza, la no consecución de cosa válida, el haber llegado a Nada?
PAQUITA