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¿Hasta cuando... Tejero? (por Rafa León)

¿Hasta cuándo… Tejero?

El texto del golpista Antonio Tejero, titulado ¿Hasta cuándo… Zapatero? Y publicado el día 26 de Enero en el diario "Melilla Hoy" (http://www.melillahoy.es/noticia.asp?ref=9264), constituye un ataque directo a la democracia y sólo puede ser considerado como un panfleto impresentable que rebosa apología del golpismo, odio e intolerancia.

¿Cómo un sujeto que intentó perpetrar un golpe de Estado, que pudo habernos arrastrado a una guerra civil, se permite abrir la boca para decir que están rompiendo España?

¿Cómo un medio de información pública (que puede ser privado en cuanto a su propiedad pero siempre público en cuanto a los fines que debe procurar) se permite editar una carta en la que se hace apología del golpismo? O ¿qué son sí no estas frases en la boca de un golpista del que hasta ahora nunca se supo a quiénes estaba sirviendo de mamporrero?: “¿es qué no van a parar de echarnos avispas para que se nos hinchen las narices y tiremos por la calle de en medio?”, “¿muy cobardes seríamos si permitiéramos que esto se convirtiera en una vil realidad?”, “¿acaso nos creen aún más borregos de lo que somos?”. Apología del golpismo, amenaza y chantaje. ¿A quiénes se refiere el golpista cuando se pregunta en nombre de otros? ¿A qué oscuro poder? ¿A qué conspiradores sin escrúpulos ni respeto alguno por las normas y la vida humana?

No, no trate nadie de hacer pensar que con estas preguntas estoy perpetrando un ataque directo y virulento contra a la libertad de expresión. Porque la libertad, en todo, ha de tener límites para no pasar a ser un insano y peligroso libertinaje. Y desde luego, una mal entendida libertad de expresión no debería servir nunca como coartada para permitir declaraciones de este tipo, como digo apología del golpismo y, de manera muy especial, cuando salen de la pluma de un golpista y/o sus instigadores. Y ahora surge una pregunta que no es para nada baladí: ¿Están detrás de esta carta del detestable ex Coronel los mismos qué entonces?

¿Cómo se puede permitir que un golpista haga estas declaraciones y que un medio de comunicación las publique sin que haya reacciones de algún tipo por parte de los poderes del Estado? Esto exige, como mínimo, la intervención inmediata del poder judicial para esclarecer si, tanto el autor del texto como quién se ha atrevido a publicarlo pudieran haber incurrido en delito. ¿Dónde se esconden ahora los “divos” de la judicatura? Otro gallo hubiera cantado, sin duda, si un texto mucho menos explosivo, auque con otras tendencias, hubiese aparecido en, por ejemplo, el diario Gara, que ya tenemos precedentes. En cualquier caso la carta del golpista como mínimo debe ser calificada como una inmoralidad y un ataque verbal directo a la democracia y a todos los poderes del Estado.

Habla el golpista de “...jugar con la integridad de España...” menos mal que creo que no han contado con el rey (...) están intentando romper la corona de España (…) rezo a Dios (...) para que ilumine al Rey de las Españas y para que confunda a aquellos que entregan a la patria por 30 votos y quizás por algo aún más vergonzoso” (Bueno, aquí ha tenido el golpista un desliz, al hablar de las Españas, porque esto se podría entender como la España de las autonomías o de las nacionalidades, o ¿es qué lo traicionó el subsconsciente y estaba rememorando trasnochados tiempos imperiales?). Toda esta verborrea pseudo-patriótica, pseudo-cristiana (¿¡cómo puede tomar el nombre de Dios tan en vano un sujeto que nos pudo arrastrar a un conflicto que hubiera costado la vida a muchos, muchos españoles, esos que tanto quiere hacer creer que quiere!?) y pseudo-monárquica es para estremecerse, pues recuerda otros momentos de la historia de España que trajeron nefastas consecuencias y produjeron unas heridas, que aun hoy, casi 70 años después aun no están totalmente cicatrizadas.

¿Es qué van a permitir los poderes del Estado que estas declaraciones pasen así como así, sin ningún tipo de consecuencias para quién ha osado proferirlas? ¿Y el Rey? ¿Va a permitir que la institución que representa y hasta su persona sean utilizadas por un golpista para unas declaraciones tan aviesas y peligrosas? Si así lo hiciera ¿no estaría convirtiéndose en cómplice de quién las hace? Desde luego, si Juan Carlos I no dice nada al respecto, para mí, que soy republicano pero tolerante con el régimen constitucional vigente y con todas las instituciones del Estado, habrá perdido la poca o mucha credibilidad que me pueda merecer.

Esta carta del golpista se llama reincidencia. Y los que ante esta reincidencia en algo tan peligroso miren ahora hacia otro lado sólo podrán ser considerados cómplices o colaboradores. A partir de mañana veremos.