Judas
Los hombres (sólo hombres) de estos pueblos empuñan escopetas auténticas haciendo gala de sus buenas y ancestrales dotes de caza, las cargan con pólvora de la buena (o dinamita, que no sé bien) y juegan a ser verdugos disparando a dar con el sólo fin de destruir un espantapájaros de medidas humanas. Y así descargan esa adrenalina ilícita, tan mal vista en una democracia europea y apostólica.
Pena de muerte al Judas desertor, alevoso y traidor. Pena de muerte al pecador. Perdón nunca, nunca juicio, jamás justicia. Pena de muerte, linchamiento, destrucción.
Me pregunto si estos inclementes de juguete simularán, asimismo, la lapidación de María Magdalena por adúltera. Quizá escojan uno de estos días santos para derrochar su ira más machista apedreando un títere con faldas y pelo largo. Miedo.
Veintiún siglos después la Iglesia indulta al malo malísimo de su historia sacra y su machista pueblo sediento de golpes, sigue matando si es preciso para ser más papistas que el Papa. Alegoría de pena de muerte, apología de terrorismo.
Así somos maría, así somos. Ávidos por que el inquisidor señale con su dedo inmisericorde y sin juicio, para ir prestos a beber de la sangre del nominado hereje, en un intento estúpido por sentirnos parte del poder establecido. Menos mal que nos queda islamaría. Un beso. Rafa.
Ps. Dudo mucho que la curia vaticana termine por rehabilitar al Iscariote, al menos de momento.