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Tiempo de despertar

A lo largo de la h(H)istoria hemos admitido sin sonrojo que las corrientes ideológicas hayan perdido su esencia en cuanto el poder las acogía en su patriarcal seno. No es que el poder corrompa, es que es sinónimo de corrupción. Una sinonimia que siempre trastoca el poder del pueblo en poder sobre el pueblo. Alguien tiene que nombrar las cosas para hacerlas reales. Alguien tiene que "nombrarte" director general (Hail mein fuhrer) de algo. Y ese alguien está legitimado por la representatividad otorgada por un papelito introducido en una vagina, perdón en una urna, UN DíA. La erótica del poder del pueblo. Un orgasmo cada cuatro años. Somos una sociedad reprimida sexualmente. Mientras tanto queda la masturbación del grito. Una burguesa manifestación aquí, una sindical huelga general allá y todos, como un rebaño de ovejas, seguimos permitiendo que los lobos sigan hincándonos el diente con total impunidad. Me encanta balar. Heráclito sostiene, brazos en cruz, los mamotretos platónicos y aristotélicos de segunda u octava relectura interesada. Castigado en el rincón del olvido. La guerra aterroriza si se analiza erróneamente, si nos enseñan a trazar una línea arbitraria entre lo que es o no es una acción bélica. Nos enseñan. ¿Quiénes son los maestros? Evidentemente los únicos que poseen el poder de la guerra. Los únicos que pueden dar o quitar derechos, los únicos que pueden decidir quién es el enemigo (Vietnam, Somalia, Iraq, Afganistán, Libia, Siria y, cuidado, Irán, Rusia, China...), los únicos que pueden comprar desertores; en definitiva, los únicos que realmente DETENTAN EL PODER. Todos, permítanme la carcajada, representantes del pueblo. La guerra, al igual que la vida, está declarada permanentemente, aunque el lenguaje haya sido violentado para trastocarla en un conflicto de intereses. El día que liberemos a Heráclito dejaremos de ser idiotas (en el sentido griego del término) y humanizaremos los innumerables campos de batalla del día a día.

P.D. I: Ese día las asambleas no votarán, convencerán. La palabra sustituirá al fusil y a la papeleta dadora de representatividad. Los procesos serán lentos. Adagio. ¿Alguien tiene alguna prisa por llegar a ningún destino? Disfrutando del placer del viaje, siempre habrá largos periodos de reposo. Deseos de contemplar ese árbol único que sólo puedo disfrutar quieto.

P.D. II: Utópico. No, necesario. El anclaje geográfico de la ecuación 20-80, que aseguraba nuestra pertenencia al selecto grupo de los afortunados, se está resquebrajando. Los amos de la guerra visten uniformes militares. La primavera árabe, Siria... Irán. La propaganda de la crisis económica permanente, generada por ellos mismos, es una táctica más en el devenir del conflicto. Necesitan un 20% de la población para su paraíso. El 80% restante no cuenta, puede ser eliminado. La cuestión es quién será enterrado en una fosa común, embarcará en una patera o se moverá con la lentitud del hambre. Aunque sea por interés personal, es tiempo de despertar.